By Alberto Jiménez Ávila
Cuando era un niño no me preocupaba de nada y veía la vida pasar muy lentamente, parecía que todo pasaba en cámara lenta, a veces me desesperaba, porque deseaba que los días pasaran mas rápidos, para que llegaran esos días en los que todos mis primos se reunían en casa de mis abuelos materno.
Somos en total 32 primos, de los cuales 15 siempre nos reuníamos, porque los demás aun no nacían o no asistían a las fiestas del pueblo que eran las ocasiones en las que nos juntábamos todos.
De esos días tengo muchos recuerdos bonitos y anécdotas que siempre los llevo en mi mente, como por ejemplo el día en que estando con mis primos en la banqueta de la casa de mis abuelos, platicando nuestras chiqui-aventuras chocomileras con uno de mis tíos, el nos compro golosinas y estábamos muy contentos disfrutando de ellas, cuando vimos que de la casa de enfrente, venia saliendo una niña cómo de 5 años de edad, que le gustaba venir a la casa de mis abuelos a jugar con un primo el cual tenia su misma edad, los demás primos incluyéndome a mí, ya éramos un poco mayores por lo tanto no nos gustaba jugar con ella y no le hacíamos caso.
Por tal motivo en forma de broma siempre que la niña aparecía por la casa buscando a mi primo, le decíamos que su novia acababa de llegar, pero nuestro primo, estaba muy consentido por mi tía, debido a que de los cuatro hermanos que son, únicamente el es hombre y para mi tía el era y sigue siendo su adoración, por eso cada vez que se le decía algo que no fuera de su agrado comenzaba a chillar como enajenado, y a veces por eso no nos gustaba que se juntara con nosotros, porque seguido nos regañaba mi tía al ver que le hacíamos bromas a su hijo.
Pues bien en esa ocasión eran aproximadamente las seis de la tarde y el abuelo acababa de llegar del campo, se veía en su rostro el cansancio de la jornada de trabajo que había tenido ese día, y como es de suponerse la casa parecía una guardería incluyendo jardín de niño y primaria, porque éramos de todas las edades, pero el abuelo aguantaba todo ese alboroto entendiendo que los niños pequeños lloran porque no se pueden comunicar de otra manera, pero lo que si no toleraba era que uno de los que ya hablamos bien y entendíamos las consecuencias de andar haciendo escándalos en su presencia, especialmente cuando el estaba cansado por la jornada de trabajo tan ardua que tenia día a día, estas payasadas como el les decía las castigaba, y nosotros lo sabíamos muy bien y evitábamos hacer algún escándalo sin motivo aparente enfrente de el…..
Mi primo estaba masticando un chicle cuando apareció Macrina, (así se llama la niña hoy toda una hermosa mujer) cuando le dijimos, ¡Primo! - ahí viene tu novia Macrina _, en cuanto oyó esto, pego un grito junto con chillido, que hasta nos asusto, mi tío tratando de calmarlo le dijo que se callara porque mi abuelo ya había llegado y le Castigaría si seguía chillando, pero no le hizo caso, y nosotros estábamos asustados porque sabíamos que si el abuelo se enteraba de esto, tal vez nos castigaría a todos por hacer llorar al primo.
El abuelo al oír los chillidos del primo inmediatamente pidió saber de quien se trataba y cual era el motivo de aquel escándalo, le dijeron de quien se trataba e inmediatamente pidió que se lo llevaran ante su presencia, y como a cualquier acusado que llevan ante el juez y no tiene pruebas para demostrar su inocencia, mi primo estaba seguro que no saldría bien librado del problema, además de que sabia muy bien que el abuelo castigaba severamente esos escándalos sin motivo aparente, pero si bien es cierto que el abuelo castigaba todo lo que a su parecer no estaba bien, también es cierto que nunca te castigaba sin oír tus argumento y razones, y una vez oído lo que tuviéramos que decir en nuestro favor, decidía si merecíamos el castigo o no, por eso había ocasiones en que estábamos seguro de que no nos salvaríamos del castigo, nos sorprendíamos de que nos absolviera de ciertos castigos que casi eran seguros, como cuando estuve apunto de que me castigara por algo grave que hice y me salve,(esto lo contare en otra ocasión).
Mi primo fue llevado ante la presencia del abuelo, y como ya les dije el estaba masticando un chicle y era muy chistoso verlo asustado escurriéndole las lagrimas y ala vez masticando su chicle desesperadamente como si fuera una vaca “rumiando”, (Los rumiantes son aquellos animales que digieren los alimentos en dos etapas, primero los consumen y luego realizan la rumia para extraer los nutrientes). El abuelo con su cinto en la mano le pregunto, -¿porque lloras?, y mi primo le contesto, _es que me dicen que Macrina es mi novia_ y ¿por eso estas llorando?-, _!!Si!! _, bien le dijo el abuelo, _te voy a castigar porque no veo cual es el problema de que eso te moleste- o acaso ¿es usted marica?- ¡no!, contesto mi primo.
Al ver mi primo que su castigo era evidente y no tendría salvación, porque no tenia ningún argumento que lo salvara, desesperado se le quedo viendo a mi abuelo y al momento que recibiría su castigo de un “azote”, se le ocurrió algo que aun no se me olvida y fue su salvación, dijo lo siguiente, _no me pegues abuelito- si quieres te doy mi “chicle”-, -pero no me pegues-. Al oír esto el abuelo, se detuvo y ya no le pego, lo abrazo y todos nos reímos porque fue gracioso como lo hizo y lo dijo.
El abuelo le aconsejo que ya no volviera a llorar cuando nosotros le hiciéramos una broma de esas, que era mejor no hacer caso, porque entre mas caso hagas mas se burlaran de ti, y mi primo entendió el mensaje, a partir de ahí ya no recuerdo que mi primo llorara por eso, siguió de chillón pero por otras cosa y tratando de no hacerlo delante del abuelo.
Mi abuelo murió en el año 2001 a los 86 años de edad, y siempre lo recuerdo como una persona inteligente y justa, que nunca te castigaba si no era necesario, al menos yo no tengo un recuerdo de que el me haya castigado, regaños muchos, pero castigos no, porque siempre tuve argumentos para salvarme. (Listillo desde chiquillo).
Somos en total 32 primos, de los cuales 15 siempre nos reuníamos, porque los demás aun no nacían o no asistían a las fiestas del pueblo que eran las ocasiones en las que nos juntábamos todos.
De esos días tengo muchos recuerdos bonitos y anécdotas que siempre los llevo en mi mente, como por ejemplo el día en que estando con mis primos en la banqueta de la casa de mis abuelos, platicando nuestras chiqui-aventuras chocomileras con uno de mis tíos, el nos compro golosinas y estábamos muy contentos disfrutando de ellas, cuando vimos que de la casa de enfrente, venia saliendo una niña cómo de 5 años de edad, que le gustaba venir a la casa de mis abuelos a jugar con un primo el cual tenia su misma edad, los demás primos incluyéndome a mí, ya éramos un poco mayores por lo tanto no nos gustaba jugar con ella y no le hacíamos caso.
Por tal motivo en forma de broma siempre que la niña aparecía por la casa buscando a mi primo, le decíamos que su novia acababa de llegar, pero nuestro primo, estaba muy consentido por mi tía, debido a que de los cuatro hermanos que son, únicamente el es hombre y para mi tía el era y sigue siendo su adoración, por eso cada vez que se le decía algo que no fuera de su agrado comenzaba a chillar como enajenado, y a veces por eso no nos gustaba que se juntara con nosotros, porque seguido nos regañaba mi tía al ver que le hacíamos bromas a su hijo.
Pues bien en esa ocasión eran aproximadamente las seis de la tarde y el abuelo acababa de llegar del campo, se veía en su rostro el cansancio de la jornada de trabajo que había tenido ese día, y como es de suponerse la casa parecía una guardería incluyendo jardín de niño y primaria, porque éramos de todas las edades, pero el abuelo aguantaba todo ese alboroto entendiendo que los niños pequeños lloran porque no se pueden comunicar de otra manera, pero lo que si no toleraba era que uno de los que ya hablamos bien y entendíamos las consecuencias de andar haciendo escándalos en su presencia, especialmente cuando el estaba cansado por la jornada de trabajo tan ardua que tenia día a día, estas payasadas como el les decía las castigaba, y nosotros lo sabíamos muy bien y evitábamos hacer algún escándalo sin motivo aparente enfrente de el…..
Mi primo estaba masticando un chicle cuando apareció Macrina, (así se llama la niña hoy toda una hermosa mujer) cuando le dijimos, ¡Primo! - ahí viene tu novia Macrina _, en cuanto oyó esto, pego un grito junto con chillido, que hasta nos asusto, mi tío tratando de calmarlo le dijo que se callara porque mi abuelo ya había llegado y le Castigaría si seguía chillando, pero no le hizo caso, y nosotros estábamos asustados porque sabíamos que si el abuelo se enteraba de esto, tal vez nos castigaría a todos por hacer llorar al primo.
El abuelo al oír los chillidos del primo inmediatamente pidió saber de quien se trataba y cual era el motivo de aquel escándalo, le dijeron de quien se trataba e inmediatamente pidió que se lo llevaran ante su presencia, y como a cualquier acusado que llevan ante el juez y no tiene pruebas para demostrar su inocencia, mi primo estaba seguro que no saldría bien librado del problema, además de que sabia muy bien que el abuelo castigaba severamente esos escándalos sin motivo aparente, pero si bien es cierto que el abuelo castigaba todo lo que a su parecer no estaba bien, también es cierto que nunca te castigaba sin oír tus argumento y razones, y una vez oído lo que tuviéramos que decir en nuestro favor, decidía si merecíamos el castigo o no, por eso había ocasiones en que estábamos seguro de que no nos salvaríamos del castigo, nos sorprendíamos de que nos absolviera de ciertos castigos que casi eran seguros, como cuando estuve apunto de que me castigara por algo grave que hice y me salve,(esto lo contare en otra ocasión).
Mi primo fue llevado ante la presencia del abuelo, y como ya les dije el estaba masticando un chicle y era muy chistoso verlo asustado escurriéndole las lagrimas y ala vez masticando su chicle desesperadamente como si fuera una vaca “rumiando”, (Los rumiantes son aquellos animales que digieren los alimentos en dos etapas, primero los consumen y luego realizan la rumia para extraer los nutrientes). El abuelo con su cinto en la mano le pregunto, -¿porque lloras?, y mi primo le contesto, _es que me dicen que Macrina es mi novia_ y ¿por eso estas llorando?-, _!!Si!! _, bien le dijo el abuelo, _te voy a castigar porque no veo cual es el problema de que eso te moleste- o acaso ¿es usted marica?- ¡no!, contesto mi primo.
Al ver mi primo que su castigo era evidente y no tendría salvación, porque no tenia ningún argumento que lo salvara, desesperado se le quedo viendo a mi abuelo y al momento que recibiría su castigo de un “azote”, se le ocurrió algo que aun no se me olvida y fue su salvación, dijo lo siguiente, _no me pegues abuelito- si quieres te doy mi “chicle”-, -pero no me pegues-. Al oír esto el abuelo, se detuvo y ya no le pego, lo abrazo y todos nos reímos porque fue gracioso como lo hizo y lo dijo.
El abuelo le aconsejo que ya no volviera a llorar cuando nosotros le hiciéramos una broma de esas, que era mejor no hacer caso, porque entre mas caso hagas mas se burlaran de ti, y mi primo entendió el mensaje, a partir de ahí ya no recuerdo que mi primo llorara por eso, siguió de chillón pero por otras cosa y tratando de no hacerlo delante del abuelo.
Mi abuelo murió en el año 2001 a los 86 años de edad, y siempre lo recuerdo como una persona inteligente y justa, que nunca te castigaba si no era necesario, al menos yo no tengo un recuerdo de que el me haya castigado, regaños muchos, pero castigos no, porque siempre tuve argumentos para salvarme. (Listillo desde chiquillo).
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