viernes, 27 de diciembre de 2013

NO SIEMPRE LO QUE QUEREMOS ES LO QUE NOS CONVIENE.

http://www.enmarcame,com   Arte polinesio, tallado en madera.

By Alberto Jiménez Avila.
Nunca hagas todo lo que se te aconseja,
Tampoco hagas todo lo que quieres,
Lo único que siempre debes hacer sin  pensarlo dos veces, es todo aquello que en verdad te conviene.
Porque si haces todo lo que se te aconseja, habrá personas que te aconsejaran mal, solo para verte fracasar, y si haces todo aquello que quieres aun cuando sabes que no debes, te meterás en muchos problemas.
En cambio cuando haces todo aquello que te conviene, aunque no te guste, ten la seguridad de que siempre estarás satisfecho con los resultados, y tu vida será muy placentera.
Y por último tampoco te cases con la persona que te gusta, sino con aquella que te conviene, Porque no siempre la persona que nos gusta, es  la que nos conviene.

martes, 19 de noviembre de 2013

LA GENTE NO ES MALA, MALO ES UNO MISMO.


By Alberto Jiménez Ávila.
Las personas que nos rodean no son malas, malos somos nosotros mismo:
Por no rodearnos de buenas personas.
Por no saber escoger a nuestros amigos,
Por no saber escoger a nuestra pareja, y
Por no saber escoger a nuestros vecinos.
 Así es que, la próxima vez antes de quejarte de los demás,
Piensa que nadie te obligo a rodearte de la gente con la que convives,
Nadie te obligo a tener esos amigos,
Nadie te obligo a salir y aceptar como pareja a esa persona de la que te quejas,
Y nadie te obliga a vivir con esos vecinos.
Cambia de actitud, cambia tu forma de ver la vida, no le heches la culpa a los demás de lo mal que te va en la vida, si el único culpable de todo lo que te pasa eres tú mismo.

martes, 28 de mayo de 2013

LA SAZÓN DE TEODOSIA.



BY Alberto Jiménez Ávila. 
Teodosia con tres hijos que mantener se encontraba abrumada y triste, no tenía dinero, hacia como cinco meses que había enterrado a su marido el cual había sido asesinado a navajazos en la cantina del pueblo y era el único sostén de la familia, trabajaban en el campo y sobrevivían de la cosecha de maíz, pero al no estar él, la vida se le hacía imposible porque las tierras que trabajaban eran prestadas y de lo que cosechaban, una parte era para el dueño de la parcela.


Al no estar su esposo, el dueño de la parcela ya no se la presto y al no tener donde sembrar, la tenía preocupada, sus hijos estaban pequeños y necesitaba ganar dinero para poderlos mantener, por eso al ver que en el pequeño pueblo no había más opciones, decidió emigrar a la ciudad, pero para eso necesitaba dinero y no lo tenía, además tampoco tenía algún conocido en la ciudad a donde pudiera llegar mientras encontraba trabajo.


Pero un día una vecina del pueblo le comento que su hija que vivía en Acapulco, le había comentado que en su trabajo estaban solicitando una persona para hacer tortillas, Teodosia al ser de pueblo era buena haciendo tortillas a mano o con maquinitas manuales, por eso se animó a pedirle a la vecina que la recomendara y que le permitiera llegar a su cuarto donde rentaba mientras encontraba su propio alojamiento, la paisana acepto y la recibió con gusto.


Ella había nacido en un pueblito pequeño de Oaxaca, nunca había salido de allí, no conocía la ciudad y le daba miedo, pero la necesidad de salir adelante la hizo perder el miedo y aventurarse a buscar el progreso en la ciudad, su paisana la espero en la terminal el día que llego a Acapulco, porque ella no sabía cómo llegar a la casa y al otro día ya estaba trabajando mientras sus hijos los dejaba en casa de su paisana.


Su trabajo consistía principalmente en hacer tortillas todo el día, su jornada de trabajo comenzaba a las ocho de la mañana y terminaba a las seis de la tarde, era un pequeño restaurante en donde se servían casi todo tipo de guisados, a ella le gustaba la cocina,  pero como no tenía experiencia cocinando en restaurantes y tampoco sabía si sus guisos gustarían nunca pidió que la pusieran en la cocina durante el tiempo que estuvo trabajando allí.


Ella cocinaba como se lo había enseñado su mamá y a esta su abuelita, los guisados para que sepan bien, necesitan llevar todos sus recaudos, porque si no, solo sabrán como alimentos hervidos. Por eso ella acostumbraba ponerle todo lo necesario a sus guisados cuando cocinaba en casa para sus hijos, se daba cuenta que la cocinera del restaurante no era tan buena cocinera, porque a los guisados básicos y fáciles de hacer no les ponía todos sus ingredientes y eso hacía que no supiera tan bien.


A los frijoles no les ponía epazote y eso hacía que su sabor no fuera el correcto, cuando le pregunto por qué no le ponía epazote, está le contesto que solo los nacos le ponen epazote a los frijoles, según la cocinera, en la televisión el chef no utilizaba “eso” – eso solo lo comen los nacos le dijo- Teodosia pensó que la cocinera probablemente había aprendido a cocinar viendo la televisión y ponerse a discutir con ella era perder el tiempo y mejor le dio la razón.


Al pasar el tiempo después de estar por más de un año en ese restaurante, Teodosia pensó que si quería progresar lo mejor era poner su propio negocio de comida, porque como empleada nunca saldría adelante, además ya sabía lo que le gustaba al cliente, buena comida y bien guisada como debe ser. Anduvo buscando un lugar donde ponerse a vender cenas en la noche, no quería arriesgarse al ponerse en plena banqueta de donde la fueran a correr, por eso buscaba un lugar donde rentar, algún lugar chico, nada más para guardar sus cosas y no andar acarreándolas todos los días.


Por fin encontró un local en una avenida muy transitada, era un local de apenas tres metros cuadrados a la orilla de un arroyo, la dueña nunca lo había rentado porque estaba muy chico y nadie se atrevía a rentar un local sin techo a la orilla de un arroyo, pero Teodosia lo rento porque era muy barato y le servía muy bien para sus propósitos, por eso fue así que se vio al otro día en la tarde vendiendo pollos enchilados al carbón.


Teodosia no aparentaba ser muy lista, tenía apariencia de ser una mujer muy humilde y sin aspiraciones, pero en su mente siempre estaba pensando en cómo hacer buen negocio y obtener buenas ganancias sin que el cliente se sintiera robado, por eso cuando decidió lo que vendería de cenar, pensó en los pollos enchilados al carbón, cecina al carbón y carne enchilada, ya había probado el pollo de la competencia, el pollo al carbón de la competencia no era enchilado, solo le ponían adobo al momento de asarlo y no sabía tan sabroso. Por eso pensó hacer algo diferente y en darles tortillas hechas a mano, frijolitos de la olla con mucho epazote, y cuando fuera temporada de calabazas, darles semillas azadas y a un precio económico.


Ella lo que hacía, era asar los chiles junto con todo lo demás que le ponía a la salsa y en una bandeja colocaba los pollos de a uno por uno mientras los enchilaba, por eso su sabor era mejor que los pollos adobados, la salsa que servía para las cenas también las preparaba cociendo los jitomates y los chiles en el comal, por eso la salsa sabía muy sabrosa, claro sin olvidar ponerle su ajo, cebolla y demás cosas que acostumbra ponerle en su pueblo cuando su mama le enseño a preparar las salsas.


Al principio solo llevaba cinco pollos y dos kilos de cecina y uno de carne enchilada, nunca pensó que su negocio tuviera éxito, pero al pasar los días, la clientela comenzó a crecer y tuvo que llevar más pollo y carnes porque lo que llevaba ya no era suficiente, sus primeros clientes y promotores de su negocio fueron los taxistas, cuando estos empezaron a ir a cenar y les pareció  el precio muy barato y además sabroso, corrieron la voz entre ellos mismo, y poco a poco las ventas se incrementaron, llegando a vender hasta cincuenta pollos en una sola noche, comenzando su jornada de trabajo a las cinco de la tarde.


Pero como sucede a menudo, el éxito de los demás siempre da envidia a aquellos que creen merecerlo todo pero sin esforzarse, y el éxito de Teodosia no pasó inadvertido para su arrendadora que tenía una miscelánea, al hacer el trato verbal quedaron en que ella vendería las bebidas y Teodosia las cenas. Al ver que Teodosia vendía demasiado empezó a hacer cuentas y llego a la conclusión que las ganancias eran muchas y creía que era injusto que se las llevara todas ella.


Un día la arrendadora le comunico que le incrementaría la renta al doble de lo que estaba pagando actualmente, a Teodosia no le quedo de otra que aceptar, ya había invertido en el local, le puso techo de lámina galvanizada y lo había arreglado, porque cuando llego este no tenía techo y estaba descuidado, pero eso no le importo a la arrendadora y le dijo que ese era el nuevo precio de la renta a partir de ese mes. Pasaron los meses y el negocio seguía muy bien, seguía vendiendo muchos pollos enchilados sobre todo los fines de semana y en quincena.


Apenas habían pasado seis meses desde la última vez del aumento de la renta, cuando nuevamente la arrendadora le comunico que volvería subirle la renta, y nuevamente al doble. Esta ves Teodosia quiso protestar y le pidió que no le subiera tanto la renta, lo que pagaría de renta era lo mismo que pagaría si rentaba un local bien acondicionado y con un espacio cinco veces más grande que este, pero no la escucho, -si quieres seguir aquí tienes que pagar, sino, búscate otro lugar, le dijo.


Lo que Teodosia no sabía ni se imaginaba, era que su arrendadora quería que dejara el local para que su hija se pusiera a vender cena, pensaba que era un buen negocio y no creía justo que otra persona le estuviera sacando provecho al local, al ver que Teodosia no dejaba el local a pesar de subirle la renta, un día le hablo claramente, -quiero que me desocupes el local, mi hija está sin trabajo y quiere ocuparlo para vender cena- no le quedo de otra que dejar el local de un día para otro, porque no le dio tiempo de buscar en otro lado.


Los taxistas al darse cuenta de la desgracia de Teodosia y como la apreciaban por ser buena persona, aparte de ser buena cocinera, se indignaron y ellos mismo se encargaron de buscarle un nuevo local, este estaba a tan solo cuatro cuadras del antiguo local  y era muy amplio, ya no estaría en la banqueta atendiendo a sus clientes sino dentro del local con el mismo servicio de siempre.


Al otro día de que Teodosia dejo el local anterior, su antigua arrendadora contrato a unas muchachas para que trabajaran vendiendo cena, vendía lo mismo que Teodosia, pero como la dueña ni las trabajadoras sabían cocinar, y lo poco que sabían lo habían aprendido viendo a los chefs de la televisión, su sabor era desabrido, al principio la clientela se fue con la finta creyendo que aún era la misma dueña y el servicio era el mismo, siguieron llegando, pero una vez que se daban cuenta que el sabor ya no era el mismo, no volvían a regresar.


La dueña del local pensó que la gente llegaba al local a consumir cenas por la ubicación, pero la realidad era que iban por el sazón de Teodosia. En menos de un mes, los únicos que se paraban en el antiguo local eran las moscas, porque los taxistas y demás clientelas que solían cenar allí, ya no volvieron, y tuvieron que cerrar, mientras que Teodosia siguió teniendo éxito hasta que años después le dejo el negocio a una de sus hijas.

lunes, 8 de abril de 2013

LAS MUJERES SON INTELIGENTES Y ASTUTAS.



 By Alberto Jiménez Ávila
Hacía varios años que Primitivo vivía en la ciudad de México, cuando termino la secundaria decidió marcharse de su pueblo y buscar trabajo en la ciudad,  cada año visitaba su pueblo para ver a sus padres y hermanos que aun Vivían allí. Como todo hombre soltero siempre andaba en busca de una buena pareja, y mientras la encontraba, salía con varias amigas, siempre sin compromiso, pero una de ellas fue la que más se encariño con él y lo consideraba su novio.


Durante dos años primitivo siguió visitando su pueblo como lo hacía siempre cuando la empresa donde trabajaba le daba sus vacaciones,  en el pueblo como todos los años lo esperaba su amiga Narcisa, que estaba perdidamente enamorada de él, lo consideraba su novio, aunque Primitivo siempre lo negaba cuando le preguntaban si eran novios, decía que ella solo era la amiguita que tenía en el pueblo, porque en la ciudad de México tenía a la verdadera dueña de sus sueños y pensamientos.


Narcisa no le exigía mucho, es más nunca le exigía nada, pero esperaba algún día convertirse en su esposa, era paciente y esperaba tener su oportunidad. Sus amigas la criticaban por ser tan tonta, le decían que mientras ella le era fiel y lo esperaba cada año, él no negaba que tuviera una novia en la ciudad de México, eso les molestaba y por eso le pedían que mejor se buscara un novio que no la negara y la respetara.


Cuando Primitivo llego al pueblo, Narcisa como siempre ya lo estaba esperando con esas ansias contenidas que solo los verdaderamente enamorados sienten cuando esperan al ser amado después de no verlo durante mucho tiempo, se escribían, o mejor dicho ella era la que le escribía, él casi no le contestaba, cuando lo hacía era porque algo quería, y era precisamente verla cuando llegara al pueblo. Por eso ella siempre sabía que día llegaría, porque antes que a sus padres primero se lo comunicaba a ella.


En esta ocasión, Primitivo llego como siempre contento, su buen ánimo no se debía nada más al hecho de ver a sus padres y amigas, sino más bien era que ya pensaba casarse, los primeros en enterarse fueron sus amigos, cuando conocieron la noticia se alegraron y lo felicitaron por ese gran paso que iba a dar. Él les pidió que lo mantuvieran en secreto, no quería que en el pueblo se enteraran, su plan era casarse al término de sus vacaciones.


Lo que Primitivo no sabía o no entendía, era que cuando quieres mantener algo en secreto, no se lo debes contar a nadie, porque aquellos que tu consideras tus amigos, muchas veces no te consideran de la misma manera como tú a ellos, porque suelen tener a otros como sus mejores amigos, tal como sucedió en este caso, por la confianza que había, terminaron contando el secreto que les habían confiado. La noticia se rego y al otro día ya lo sabía todo el pueblo.


Las amigas de Narcisa supieron la noticia por boca de un pretendiente de una de ellas que andaba quedando bien, ellas inmediatamente la fueron a ver para darle la noticia, pero esta no era una buena notica, porque lo que supieron era que Primitivo pensaba casarse pero no con ella, sino con la novia que tenía en la ciudad de México. Unas le aconsejaron que lo mandara por un tubo, otras le aconsejaron cosas peores, pero Narcisa mantuvo la calma, no dijo nada, ni se alteró, parecía que no le importaba, solo les dio las gracias por la mala noticia,  fue todo lo que dijo sobre el tema.


Cuando se vieron esa tarde en la cancha del pueblo, que era el lugar de reunión de todos los jóvenes enamorados, Narcisa se mostró alegre como siempre, mientras sus amigas al verla, les hervía la sangre de coraje, creían  y se lo decían, que era tonta a más no poder, para ellas eso no era tolerable, decían que una mujer que se sabe respetar no le aguantaría esas cosas a ningún hombre, porque era demasiado.

A Primitivo le dijeron que las amigas de Narcisa andaban diciéndole a todo el que quisiera escucharlas, que él era un hombre sin escrúpulos, que se aprovechaba de las mujeres mensas como su amiga, por lo que esperaban que en su futuro matrimonio nunca fuera feliz, que dios estaba viendo todo y esperaban un castigo para él. Se sintió incomodo al saber que ya todo el pueblo sabia la noticia de sus planes de boda con la otra novia, también esperaba que Narcisa se lo reclamara o ya no quisiera verlo, pero se sorprendió de que ella lo siguió viendo todos los días y se la pasaban muy bien como siempre,  fue por eso que se confió.


Narcisa no aparentaba ser muy inteligente, por eso todos creyeron que no haría nada por evitar la boda de su novio, pero muchas veces  “más vale tener cara de tonto y no serlo, que tener cara de listo y ser un perfecto tonto”, ella siguió dándole gusto en todo a Primitivo hasta el último día de sus vacaciones, todos los días a más tardar a las seis de la tarde se veían en la cancha, de ahí se iban a algún lugar más privado para apapacharse hasta las nueve de la noche por muy tarde, pero no más de esa hora, porque si no, se consideraba que la muchacha se había fugado con el novio.


Un día antes de su partida, él se despidió de todos sus amigos, al otro día en la mañana se marchaba del pueblo, todos lo despidieron con tristeza, sabían que pasaría un año para que lo volvieran a ver, o al menos que fueran a su boda que se celebraría en la ciudad de México, porque allá se pensaba casar. Mientras él se despedía, Narcisa aparentaba no dolerle su partida, esperaba la tarde para volverlo a ver y estar juntos tal vez por última vez.


Al estar juntos esa tarde, como siempre aprovecharon la tarde e hicieron lo que hacen todos los enamorados cuando saben que pasara mucho tiempo de volverse a ver, y cuando  llego la hora de la despedida, por ser las nueve de la noche, al decirle él que ya se fuera a su casa, ella le dijo que aprovecharan el tiempo al máximo.

-Quedémonos otro ratito- le dijo ella,  y cada vez que él le decía que ya se fuera, ella volvía a repetir lo mismo, así se les pasaron las horas, el momento era tan romántico que primitivo no se dio cuenta de esto hasta que dieron las doce de la noche, al percatarse de esto, le pidió que se marchara a su casa, pero como ya era demasiado tarde ella le dijo que sola no se iba, que él lo acompañara, pero le dio miedo porque pensaba en lo que seguramente sucedería cuando los padres de Narcisa lo vieran con ella llegar a la casa, o lo que es peor, al verlo huir y dejarla abandonada a la entrada de la casa. Por eso  le dijo, -ya vete porque es muy tarde y yo mañana me voy temprano.


Ella le aclaro algo que tal vez Primitivo no había tomado en cuenta, - ya es muy tarde, mis padres a esta hora ya están dormidos,  si no lo están, probablemente ya saben que me fui contigo y si llego a esta hora ya no me recibirán porque pensaran que tú ya me usaste, - dijo Narcisa, Primitivo hasta entonces se dio cuenta que estaba en un problema, sabía que el papa de ella, era de armas tomar, si no le cumplía a Narcisa, se metería en un grave problema con su papa, se asustó y no supo que hacer.


Lo único que se le ocurrió fue ir a pedirle ayuda a su tío, lo fueron a ver, su tío como todo el pueblo a esa hora ya estaba dormido, al verlo se sorprendió y le pregunto entre dormido y despierto que sucedía, -Narcisa no se quiere ir a su casa, quiero que usted la lleve y le diga a su papa que no ha pasado nada- dijo Primitivo, pero su tío le contesto.
 -Queeee, estas pendejo o que es lo que te pasa sobrino, quieres que ese hombre me mate, mejor llévatela a tu casa, y asume las consecuencias como machito, porque eso te paso por pendejo, a temprana hora la debiste haber dejado, no hasta ahora que ya sus padres creen que ya te la llevaste, así es que váyase para su casa mejor y déjeme dormir que mañana tengo que ir a trabajar o a celebrar tu noviazgo, lo que se me antoje primero.

-Pero tío, usted sabe que tengo mi novia en la ciudad de México y ya me voy a casar-

-Si hijo, pero eso lo debiste haber pensado antes, ahora ya te fregaste,  no te queda de otra más que aguantarte y cumplirle como hombre.


Al otro dia como reguero de pólvora, se corrió la noticia  que Primitivo no se había ido y que estaba de novio, todos se quedaron sorprendidos, sobre todo sus amigo al saber que se había robado a Narcisa, nadie lo esperaba, por eso fue la sorpresa, sus amigas de ella tampoco daban crédito a lo sucedido, cuando tuvieron la oportunidad, le preguntaron cómo le había hecho, querían saber a qué santo se había encomendado o que brujo había contratado para que le hiciera el trabajito, pero ella solo sonrió y les dijo que no era necesario trabajos de brujería cuando se es inteligente y astuta.


Tres meses después, Narcisa y Primitivo se casaron, el ya no regreso a la ciudad de México, es más ni siquiera fue por su finiquito, mando a uno de sus hermanos para que  lo cobrara, tenía miedo de que la otra le armara un escándalo y resolviera el problema a madrazos, por eso ya no regreso.

Han pasado los años, siguen juntos y felices, al principio él no la valoraba, pero con el transcurso del tiempo ella ha demostrado que es una mujer valiosa, así lo dicen todos los que alguna vez creyeron que era tonta, sobre todo Primitivo, acepta que al principio de su matrimonio pensaba abandonarla, pero ahora, está convencido de que eso hubiera sido uno de los peores errores de su vida, piensa morir al lado de ella y espera que ella también piense lo mismo.

martes, 5 de marzo de 2013

EL LÍDER SINDICAL



By Alberto Jiménez Ávila.

-No debemos permitirle al director general que abuse de nuestras necesidades y nos haga trabajar horas extras sin recibir pago alguno Dijo Bracamontes a sus compañeros. Ellos se levantaron de sus asientos y aplaudían con mucho entusiasmo, por fin tenían una persona que se preocupaba por defender sus derechos laborales, en el hotel los hacían trabajar horas extras sobre todo en temporada alta, pero no recibían ninguna retribución monetaria que era lo que ellos esperaban; el hotel lo que hacía era acumularle las horas y cuando ya no había mucho trabajo por ser temporada baja, se las pagaban con descansos.


Eso venía sucediendo desde hacía mucho tiempo, pero como no se ponían de acuerdo ni había nadie que los orientara, no habían protestado ni exigido el pago de las mismas, el líder sindical casi no iba a visitarlos y cuando lo hacía, era porque quería pedirles el apoyo para algún evento político o para  volver a reelegirse. Los delegados sindicales eran afines a sus interés particulares, por eso el delegado sindical por ser de su misma corriente e impuesto por él, siempre buscaba la manera de que los temas más importantes y que tenían que ver con sus necesidades, no se tocaran en las reuniones.


Los delegados sindicales siempre eran los mismos, nadie más de los compañeros se animaba a asumir el puesto argumentando que era mucha responsabilidad y muchas veces solo recibían reproches y hacían enemistades con los compañeros porque creían que estos eran los culpables de su mala situación laboral. Desde luego eso era lo más conveniente para el líder, de esa manera se aprovechaba de la desorganización de sus representados y lo usaba siempre a su favor.


Los que llegaban a ser delegados sindicales, eran siempre animados y apoyados por el líder sindical, los sabia escoger muy bien, aquellos que no sabían absolutamente nada, y que no representaban ningún peligro para su futuro político y sindical, por eso siempre escogía a aquellos que de alguna manera le debían algún favor, aquellos que eran malos empleados y que si no fuera por el apoyo del líder, muy probablemente serian despedidos de sus trabajos.


Al ser insostenible la situación, los trabajadores tomaron la decisión de no volver a escoger a los mismos que ya anteriormente habían sido delegados, para eso decidieron que el próximo delegado tenía que ser una persona que en apariencia fuera favorable a su causa y al menos intentara apoyarlos para que el hotel les pagara sus horas extras. Y fue así que cuando tuvieron su reunión para escoger a su delegado, tomaron la decisión de apoyar a Bracamontes,  el líder sindical estuvo de acuerdo y apoyo esa decisión.


Bracamontes tenía más de quince años laborando en el hotel, durante ese tiempo había visto casi de todo, siempre fue un excelente trabajador, responsable y esmerado con lo que hacía, le molestaba ir a los mitinees tanto políticos como sindicales, pero iba de todos modos, porque si no lo hacía les descontaban un día de salario, y como el sueldo de un empleado de hotel nunca es suficiente, prefería ir que recibir el descuento. No tenía aspiraciones más que las de su trabajo y no representaba ninguna amenaza para el líder y por eso este lo apoyo.


Cuando Bracamontes recibió formalmente el nombramiento de delegado sindical, al principio no sabía qué hacer porque nunca había estado  como representante de nada ni de nadie, sus escasos estudios lo hacían sentir inferior a los demás, apenas si había estudia la primaria y creía que los demás eran mejores y sabían más que él. Para no quedarse atrás y no ser humillado o no saber que decir cuando se realizaran las reuniones sindicales, se puso a leer la Ley Federal del Trabajo.


Todos los días leía la ley como si esta fuera la Biblia, cuando no entendía algún párrafo o artículo, lo consultaba con algún amigo o conocido que supiera más que él,  así fue como llego a conocer la ley más que los abogados que el sindicato contrataba para defender a los compañeros cuando tenían algún despido injustificado. Fue así que ya motivado y decidido a hacer un buen papel, pidió a los directivos del hotel que le proporcionaran una copia del contrato colectivo de trabajo, para saber las obligaciones y derechos que tenían como trabajadores, porque estos eran desconocidos por todos ellos.


Estos contratos le fueron proporcionados  creyendo tanto el líder sindical como los directivos del hotel, que solo era una puntada de alguien que no sabe ni que hacer, porque eso fue lo que creyeron al considerarlo un ignorante, se los entregaron y los leyó. Y al igual que como hizo con la Ley Federal del Trabajo, cuando no entendió, inmediatamente lo consulto con aquellos que si sabían más que él. Así fue como llego a la conclusión de que no solo los estaban engañando con las horas extras, sino que  no les pagaban muchas otras prestaciones a las que tenían derecho y estaban establecidos en el contrato colectivo de trabajo.


Con la información obtenida y la ley en la mano, Bracamontes solicito primero hablar con el líder sindical para informarle sobre su descubrimiento, pero el líder solo le dio largas al asunto diciéndole que no había podido concretar ninguna reunión por exceso de trabajo pero que muy pronto se llevaría a cabo dicha reunión para aclarar todo lo que había descubierto. Pero al ver que no se hacía nada decidió pedir directamente la reunión con los de recursos humanos para exigirles que les pagaran todo lo que por derecho les correspondía.


Pensando que no sabía de lo que hablaba, le dijeron que estaba equivocado y que lo que le pedía no  correspondía a lo que marcaba la ley, pero uno a uno y con fundamento en la la ley, les fue rebatiendo  sus argumentos. Al verse acorralados y sin saber que más decir para que desistiera de exigir sus derechos, los directivos convocaron a una reunión con el líder para tratar el asunto.


La reunión se llevó acabo, el líder sindical no hablo, los únicos que hablaron fueron los directivos del hotel con su representante legal y Bracamontes, delante de sus compañeros, les demostró que  estaban violando el contrato de trabajo que tenían firmado, y fue por eso que los compañeros lo ovacionaron, se dieron cuenta que les habían estado robando descaradamente e impunemente sin que se dieran cuenta de ello. El líder se levantó y felicito a Bracamontes, delante de los compañeros le dijo que siguiera así, defendiendo siempre los interese de sus compañeros, “porque lo que necesitamos en México es gente como tú, progresista y coadyuvante del progreso de los trabajadores. Los compañeros se emocionaron mucho más, ni ellos ni su líder probablemente sabían lo que significa “Progresista o coadyuvante”, el líder lo había oído en la “tele” y en los mitinees políticos donde suelen hablar con palabras rebuscadas para sentirse muy importantes.


Después de la reunión el líder se despidió de sus representados, diciéndoles que hablaría en privado con los directivos del hotel para solucionar sus problemas. La reunión si se llevó a cabo pero no hablaron de cómo solucionar el problema de los trabajadores, sino como solucionar el problema que ahora también tenía el líder sindical.

-Tienen que buscar la manera de despedir a Bracamontes o nos meterá en un “pedo”, les dijo el líder a los directivos y su representante.

-Tanto a ustedes como a mí nos perjudica que siga aquí, pienso seguir reeligiéndome como líder de la sección, pero si Bracamontes les sigue abriendo los ojos a los compañeros, estos se darán cuenta que yo no hago nada por ellos. Y muy probablemente mis enemigos aprovecharan eso para quitarme el liderazgo.

-Por eso tienen mi consentimiento y mi apoyo total para que hagan lo que quieran para correrlo.


Los directivos ni tardo ni perezoso, comenzaron a planear como correrlo, no iba a ser fácil porque querían correrlo sin pagarle su liquidación, querían encontrar la manera de hacerlo renunciar, así que lo primero que hicieron fue cambiar su turno de trabajo, le dieron un turno quebrado, la mitad de su jornada laboral en la mañana  y la otra en la tarde, pero aguanto sin decir nada. Después hicieron que entrara muy tarde para que su hora de salida fuera a las dos de la mañana, pero no pasó nada, porque al salir se quedaba a dormir en el estacionamiento y se iba al amanecer para tomar el camión a su casa, y mientras ellos hacían sus estrategias él más arremetía contra los directivos y orientaba a sus compañeros para defender sus derechos.


Al ver que no lograban nada porque Bracamontes no cedía, decidieron dar la orden de no permitirle quedarse a dormir dentro de las instalaciones del hotel, pero Bracamontes sabedor de eso, se quedaba  a dormir en la banqueta del hotel hasta que amanecía, como la batalla era directa, él les dijo claramente, si no me quieren aquí, me tendrán que despedir y darme mi liquidación al cien por ciento, no hay de otra, hagan lo que hagan no voy a renunciar.


asi que los directivos se vieron obligados a despedirlo y otorgarle la liquidación completa como lo marca la Ley, los compañeros se quedaron como siempre, sin que nadie los defendiera, pero con la promesa de campaña de su líder, de que si esta vez lo volvían a reelegir, ahora si los defendería como nadie más lo haría, se la creyeron, porque nuevamente lo volvieron a reelegir.


Bracamontes puso un negocio, una tienda de abarrotes, ya no trabaja para nadie, prefiere hacerlo para sí mismo, sabe que allí no tiene que lidiar con falsos líderes o compañeros apáticos, que se quejan de su mala situación y de los lideres rateros, pero  siguen reeligiéndolos creyendo en sus promesas de campaña como lo hace un niño cuando le dicen que los reyes magos le traerán regalos.

DEJE SUS COMENTARIOS.