jueves, 3 de julio de 2008

NUNCA TE ATES

Una vez un guerrero indígena muy respetado y la hija de una mujer que había sido matrona de la tribu, se enamoraron y se amaban profundamente, y habían pensado en casarse, para lo cual tenían el permiso del cacique de la tribu.


Pero antes de formalizar el casamiento fueron a ver al Brujo, un hombre muy sabio y muy poderoso, que tenía elixires, y conjuros, hierbas increíbles, para saber si los astros estaban a su favor, si los Dioses los iban a proteger.


El brujo, les dijo que ellos eran buenos muchachos, jóvenes y que no había ninguna razón para que los dioses se opusieran.

Entonces ellos le dijeron que querían hacer algún conjuro que les diera la formula para ser felices siempre... El brujo les dijo:

- Bueno hay un conjuro que podemos hacer, pero no sé si están dispuestos a hacerlo porque es bastante complicado.

- Sí, claro que lo haremos-, le dijeron.


Entonces el brujo le pidió al guerrero: quiero que escales la montaña más alta, busques allí al halcón más vigoroso, el que vuele más alto, el que te parezca más fuerte, el que tenga el pico más afilado, y tráelo vivo.


Luego el brujo le dijo a ella: a ti no te va a ser tan fácil, vas a tener que internarte en el Monte, buscar el águila que te parezca que es la mejor cazadora, la que vuele más alto, la que sea más fuerte, la de mejor mirada, vas a tener que cazarla sola, sin que nadie te ayude y vas a tener que traerla viva aquí.


Cada uno salió a cumplir su tarea.


Cuatro días después volvieron con el ave que se les había encomendado, y le preguntaron al brujo:

- ¿Ahora qué hacemos?, ¿las cocinamos?, ¿las comemos?, ¿tomamos su sangre?, ¿qué hacemos con ellas?"


El brujo les dijo:

- "Vamos a hacer el conjuro. ¿Volaban alto?", preguntó.

- "Sí"-, le dijeron.

- "¿Eran fuertes sus alas, eran sanas, independientes?"

- "Sí"-, contestaron.

- "Muy bien"-, dijo el brujo, "Ahora átenlas entre sí por las patas y suéltenlas para que vuelen"...


Entonces el águila y el halcón comenzaron a tropezarse, intentaron volar, pero lo único que lograban, era revolcarse en el piso, y se hacían daño mutuamente, hasta que empezaron a picotearse entre sí. Entonces el brujo de la tribu les dijo:
- "Este es el conjuro: Si ustedes quieren ser felices para siempre: VUELEN INDEPENDIENTES Y JAMAS SE ATEN EL UNO AL OTRO"



Nadie puede asegurar el éxito o el fracaso de una relación, sólo los integrantes de la pareja son los principales protagonistas y de ellos depende que la relación perdure. Son dos personas diferentes unidas por un el amor.


El amor verdadero sólo se concibe en libertad. Las promesas, los juramentos, los papeles legales NO TIENEN ningún efecto sobre el amor. Este llega cuando le permitimos la entrada y se va de la misma manera. No hay quien pueda gobernarlo. Quien nos ama de verdad, no nos exige nada, no se lastima... en realidad sólo espera que su amor sea respondido también con amor.

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