Un campesino con más lana que un borrego en pleno invierno, decide comprar una tina de hidromasajes para usarla en su rancho, después de investigar los precios por medio de los anuncios en las revistas especializadas en materiales de baños, decide comprarse una que tiene un precio de $20,000.00.
Hace el depósito y decide esperar su pedido, pero al ver pasar los días y no recibir nada, decide enviarles un telegrama urgente, preguntando por su tina, pasan los días y no recibe ni la respuesta, ni la tina.
Desesperado decide ir personalmente a la ciudad, y preguntar el porque no ha recibido su pedido.
Al llegar a la tienda, confronta al gerente de la misma, y este le dice: -si recibimos su telegrama, pero no entendimos el mensaje-, ¡como que no entendiste mi mensaje!, si este estaba muy clarito, le dice el campesino, es que el telegrama únicamente traía una letra, y por eso no entendimos el mensaje, replica el gerente.
¿Dígame que letra Traía?, pregunta el campesino. Traía una “I” contesta este. ¿Y que tipo de “I” era esta?, era una “I” latina, contesta el gerente.
“ahista”, si esta bien claro, ¿y la tina?
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