By Alberto Jiménez Ávila
A este Padre siempre lo esperaban a la entrada de la iglesia, esa era la costumbre, debía haber alguien esperándolo, porque sino, se enojaba el señor (cura), la gente mas que tenerle respeto, le temían, se hacia lo que el decía y nadie osaba contradecirlo, porque eso le molestaba y traía consecuencias.
Hablaba de amor y humildad, pero no lo practicaba, hablaba de hacer el bien y no el mal, pero era esto ultimo lo que a sus feligreses les aplicaba, en fin, nada de lo que predicaba practicaba, se ensañaba con la gente humilde, los trataba con desprecio, y no obstante que les cobraba los servicios religiosos como si fueran ricos, decía que les hacia un favor.
Un favor jamás se cobra, porque si se cobra, deja de ser un favor y se convierte en un servicio, pero eso no le importaba, exigía ser tratado bien, cada vez que alguien lo buscaba para hacer algún servicio religioso, ponía sus condiciones de cómo debería ser tratado, (de la misma manera como lo hace un artista cuando se le contrata para algún show).
Si el lugar donde se efectuaría el servicio religioso era una comunidad pequeña, un grupo de jovencitas debían esperarlo a la entrada de la comunidad para que lo guiaran hasta el lugar del evento, así como tanbien, nunca debía de faltar comida, pero en este caso, la comida debía ser elaborada especialmente para el.
Las personas que se atrevían a contradecirlo, o no seguían sus indicaciones, se atenían a las consecuencias, si tenían que casar a algún familiar directo, simplemente no lo casaba, si no lo esperaban a la entrada de alguna comunidad pequeña, se regresaba y no daba el servicio aunque ya le hubiera sido pagado como sucedía siempre, (jamás ofrecía algún servicio gratis), la gente ya lo odiaba, pero por el temor de ir al infierno o no poder bautizar o casar a algún hijo, las familias callaban y aguantaban.
Con las familias pudientes era lo contrario como sucede siempre, nada mas faltaba que les sirviera de tapete, aparentaba mucha humildad aunque no la conocía, muy amable y servicial, les daba todo lo que querían, no protestaba y siempre estaba dispuesto a orientarlos.
En una ocasión una mujer humilde perdió a su madre, y con la ayuda de la comunidad la enterró, al cabo de un año, decidió contratar al cura para ofrecer una misa en nombre de su madre, durante ese tiempo, esa humilde mujer estuvo con tanto sacrificio ahorrando para poder pagar el servicio, la mujer tenia una niña de dos años y estaba enferma, la curandera del pueblo le había recomendado reposo y buena alimentación.
La mujer sabia que tenia que preparar una comida especial para el cura, y lo único que tenia, era una gallina ponedora de huevos, que en realidad era su único medio para proveerse de ellos, y al no tener algo mas que ofrecerle al cura, tuvo que sacrificarla y prepararla en caldo rojo, (consomé).
La pobre mujer también sabia que su hija necesitaba alimentarse bien, pero no tenía los medios suficientes para comprar alimentos, por tal motivo se le hizo fácil apartar un poco de consomé y las dos patas para su niña, pensado que al cura no le importaría.
Una vez que termino el servicio religioso el cura pidió se le entregara su comida, y en cuanto la recibió, inmediatamente la reviso como lo hacia siempre para comprobar que estuviera completa, al ver el cura que hacían falta las patas, aventó la olla con la comida, y gritándole a la señora le dijo,”yo no soy ningún muerto de hambre al que se le dan sobras”, -ami me das la comida completa o mejor no me des nada-, y a pesar de que la pobre mujer se disculpo diciéndole que su Niña estaba enferma y necesitaba alimentarla con algo nutritivo, no fue suficiente la excusa para seguir maltratándola, hasta que se canso. El cura siempre exigía, que cuando se le preparaba una comida, que casi siempre era un pollo o gallina, esta debería estar completa, sin hacerle falta ni una pieza, incluyendo las patas, (excepto el pescuezo) y por eso fue su enojo.
Con esta actitud demostraba su amor y humildad por el prójimo que tanto predicaba, y durante el tiempo que duro como cura de esas poblaciones nunca cambio, la gente descanso de el hasta que lo cambiaron a otra parroquia, y claro siguió su misma actitud de siempre, hasta estos días, porque este cura aun sigue vivo y predicando su amor al prójimo.
Por eso es recomendable no creer y ni ver a los representantes de las diferentes religiones como dioses, debemos verlos como personas normales comunes y corriente, (pero mas corrientes que comunes) porque son personas ejerciendo una actividad profesional como la de cualquier profesionista, recordemos que ellos prestan un servicio profesional, no una caridad ni servicio altruista, sus servicios cuestan y lo que cuesta no es gratis, y si no es gratis no es una caridad.
REFLEXIONEMOS Y CAMBIEMOS NUESTRA ACTITUD, sin importar la religion que profesemos.
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