domingo, 12 de septiembre de 2010

Que Dios te lo pague

Un hombre fue llevado de emergencia a un hospital administrado por monjas, donde lo operaron del corazón.

Después de la operación, el hombre despertó y una monjita estaba a su lado.

-Señor Pérez, la operación fue un éxito. Sin embargo, necesitamos saber cómo piensa pagar la cuenta del hospital. ¿Tiene usted seguro de gastos médicos?

-No.

-¿Puede pagar en efectivo?

-Me temo que no, hermana.

-Entonces, ¿tiene usted parientes cercanos?

-Sólo mi hermana, pero es una monja solterona sin un centavo.

-Disculpe que lo corrija. Las monjas no son solteronas; ellas están casadas con Dios.

-¡Magnífico!!!! Por favor envíele la cuenta a mi cuñado...

Y así nació el "que Dios te lo pague"...

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