lunes, 21 de diciembre de 2009

Herculino (fiestas de fin de año)

By Alberto Jiménez Ávila
Don Herculino murió feliz y en paz, rodeado de todos sus hijos y nietos, algo que era casi imposible de imaginar un año atrás cuando nadie lo visitaba y casi moría de hambre, ya que se la pasaba solo en su casa, a veces comía y otras veces únicamente se tomaba un te o un café, si bien le iba.

Don Herculino tubo seis hijos, tres mujeres y tres hombres, a todos ayudo para que pudieran ser unos profesionistas y gente de bien, y para eso tubo que trabajar muy duro, pero sus hijos no fueron lo que el y su esposa esperaban, en cuanto empezaron a trabajar cada uno de ellos se fue de la casa, y empezaron a alejarse de ellos, y únicamente los visitaban cuando tenían algún problema y no sabían como resolverlo.

La mayoría de las veces se trataban de problemas económicos, y como don Herculino fue un hombre trabajador y provisorio, siempre guardo algo de dinero pensando en el futuro, y desafortunadamente como no fue mucho el dinero que guardo, y aunque este lo hubiera sido, tal vez no hubiera sido suficiente, ya que sus hijos actuando egoístamente, cada vez que alguno de los hermanos pedía dinero para resolver algún problema económico, los demás también lo hacían arguyendo que ellos también tenían problemas similares aunque no fuera verdad.

Cuando sus hijos empezaron a trabajar, casi a todos les fue bien, tenían buenos ingresos y se daban la gran vida, no le aprendieron nada a su padre, y por eso no hicieron el intento de ahorrar para el futuro, y como la buena fortuna no siempre nos sonríe, los tiempos cambiaron, cada uno de ellos se caso, vinieron los hijos y los ingresos empezaron a disminuir.

Nunca tenían tiempo de llamar a sus padres y mucho menos de visitarlos, las llamadas únicamente las hacían cuando tenían algún problema y las visitas únicamente eran para recoger lo que sus padres les daban, era triste, pero no se podía hacer nada, don Herculino quería a sus hijos, y casi no le daba importancia a sus actitudes, especialmente porque el no estaba solo, tenia a su esposa y disfrutaba de su compañía. Por eso no le importaba el abandono en que lo tenían sus hijos.

Pero todo eso cambio cuando su esposa murió, se quedo completamente solo en su casa, ya no tenia con quien platicar, tampoco tenia quien lo acompañara a comer, eso le peso mucho, ya no tenia ánimos de salir a caminar, o de ir al mercado a comprar su despensa, se sentía deprimido y era en ese momento cuando mas necesitaba el apoyo de sus hijos, pero estos como siempre pretextando no tener tiempo, se echaban la bolita uno al otro para no tenerlo en su casa o ir a visitarlo.

Un día llamo a sus hijos, y como bien sabia que estos no irían a verlo al menos que fueran a recibir algo de el, les mando a decir que sentía que ya eran sus últimos días de vida, era necesario que estuvieran todos para poder repartir entre ellos lo ultimo que le quedaba de dinero en efectivo.

Los hijos sabían que la casa seria de ellos en partes iguales, de acuerdo a lo que estipulaba el testamento, además también sabían que su padre no tenía más bienes ni riquezas, ya que el dinero en efectivo ellos se habían encargado de quitárselo y gastarlo con los préstamos que nunca le pagaron.

Una vez reunidos todos, don Herculino les pidió a sus hijos que de un armario que tenia en su recamara, sacaran un baúl, todos se quedaron sorprendido, ya que ellos no recordaban que sus padres tuvieran un baúl, pero don Herculino les dijo que ese baúl siempre lo mantuvo en secreto, y por eso ellos no sabían de su existencia, hasta el día de hoy. Y como era algo muy valioso lo que guardaba en el, que pensó que no era correcto no develar su secreto antes de morir para que este no fuera a caer en manos desconocidas.

“Como ustedes saben hijos míos, yo siempre he ahorrado, y también me gusto coleccionar, en ese baúl tengo todas las monedas de plata y oro que pude coleccionar a lo largo de mi vida, y como era un secreto, no podía ponerlo en el testamento, y hoy se los confieso porque muy pronto moriré”.

Al oír esto, los hermanos se miraron codiciosamente y sorprendidos por lo que estaban oyendo, ya que se imaginaron que ese baúl contendría cuando menos unas quinientas monedas de oro y plata, si no es que hasta el doble, porque el baúl era de buen tamaño, y se notaba que era demasiado pesado.

El anciano continuo diciendo, -este baúl por no estar en el testamento, tengo pensado dejárselo únicamente a aquel hijo que se encargue de velar por mi estos últimos días, con la condición de que mis últimos días sean los mejores que haya vivido en toda mi vida-.

Al oír esto los hermanos, se miraron unos a otros, y al unisonó dijeron que ellos se encargarían de su padre, y como no se ponían de acuerdo y todos querían hacerse cargo de cuidarlo, el anciano les dijo, -no quiero que se peleen por cuidarme, lo pueden hacer todos, cada uno se puede turnar para cuidarme una semana cada uno, y al final se reparten en partes iguales las monedas del baúl-.

Los hermanos estuvieron de acuerdo, y a partir de ese día el anciano ya no estuvo solo ni pasó hambre, en la navidad y año nuevo sus hijos se trasladaron a su casa para celebrar las fiestas de fin de año en familia como lo habían hecho cuando eran niños, el anciano se la paso feliz, hacia muchos años que no sentía esa felicidad que estaba sintiendo, ver a todos sus hijos juntos, sus nietos corriendo y gritando de un lado a otro, lo hacia sentir una inmensa felicidad, en la cena de navidad y año nuevo comió como nunca, hasta que ya no pudo comer mas.

Después de las fiestas decembrinas, los hijos del anciano decidieron que el día de reyes también se la pasarían con su padre, y que ahí abrirían los regalos, pero desafortunadamente, don Herculino murió un día antes, murió en paz, tranquilo y sin preocupación alguna, una noche antes ceno y platico con sus hijos y nietos, se fue a dormir y ya jamás despertó.

El anciano tuvo uno de los mejores funerales, sus hijos no escatimaron en gastos y todos estuvieron presente, desde las fiestas decembrinas ya prácticamente todos Vivian allí en casa, pero no era porque así lo quisieran, lo que sucedía era que desconfiaban uno del otro, y creían que cualquiera de ellos podía abrir el baúl para sacar las monedas.

Por eso en cuanto enterraron a su padre todos fueron directo a la casa para abrir el baúl lo antes posible, para eso contrataron un cerrajero al que lo único que le pidieron era que abriera el candado y se fuera. Y una vez que estuvieron solos abrieron el baúl y lo que vieron casi los hace caer de la impresión, en el baúl no había oro ni había plata, es mas no había ni monedas, lo que había eran tuercas y rondanas y nada mas.

Don Herculino era listo, algo que sus hijos no pudieron heredar de el, al darse cuenta y aceptar la realidad de que sus hijos no se encargarían de cuidarlo en sus últimos días, y pensando de que tal ves muriera solo y abandonado, se dio a la tarea de idear un plan que fuera lo suficientemente ingenioso como para que sus hijos no únicamente lo visitaran mas seguido, sino que también se pelearan por cuidarlo y pasar sus últimos días rodeado por sus seres queridos.

Don Herculino tenia un amigo que era carpintero, y este lo apreciaba mucho, ya que en sus buenos tiempos don Herculino siempre lo ayudo cuando este tenia algún problema, por eso cuando el le platico la idea para no pasar sus últimos días solo y abandonado en su casa, el carpintero se ofreció a hacer todo lo que estuviera en sus manos para que el plan fuera perfecto y no fracasara.

Lo primero que hizo el carpintero fue hacer un baúl, diseñado y con apariencia antigua, también consiguió con un herrero unas aldabas para poner el candado, el cual también tenia apariencia de antigüedad, una vez hecho esto, el mismo carpintero se dio a la tarea de conseguir tuercas y rondanas para llenar el baúl, y de esta manera su peso fuera considerable, además, como no lo lleno hasta el tope, cada vez que este era movido, se oía el sonido de metales.

Por eso los hijos de don Herculino creyeron que efectivamente el baúl estaba lleno de monedas, y aceptaron cuidar a su padre, pero no contaron con su inteligencia y audacia, y gracias a eso el anciano pudo vivir sus últimos días felices como se lo merecía.

Relleno de piñata
En estas fiestas decembrinas les deseo a todos los que conozco o desconozco pero que por alguna razón saben de mi, que pasen una de las mejores fiestas de su vida, en compañía de sus seres mas queridos, porque la verdad, lo mejor de todo en estos días, no son los regalos, ni lo que vamos a comer el día de la cena, lo mejor de todo es tener muy cerca de nosotros, a esas personas que queremos y nos quieren, ese es el mejor regalo que podemos dar y recibir.
Alberto Jiménez Ávila

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