By Alberto Jiménez Ávila
Cuando estés triste, y si aun te acuerdas de mí, llámame,
Siempre estaré esperando tu llamada desde donde estés.
Oiré lo que me quieras decir y escuchare con paciencia,
Hasta que te desahogues, y si no tienes nada que decirme,
Entonces yo hablare, hablare contigo hasta que olvides la causa de tu tristeza.
Me dolerá saber que estas triste, porque yo también lo sufriré,
Por eso te contare cosas que te alegren el alma, Y te hagan reír,
No quiero que estés triste, quiero que siempre tengas un motivo para sonreír,
Siempre que me llames, cosas alegres te contare, y si no me se ningún chiste,
Algún relato divertido te contare.
viernes, 17 de septiembre de 2010
domingo, 12 de septiembre de 2010
Que Dios te lo pague
Un hombre fue llevado de emergencia a un hospital administrado por monjas, donde lo operaron del corazón.
Después de la operación, el hombre despertó y una monjita estaba a su lado.
-Señor Pérez, la operación fue un éxito. Sin embargo, necesitamos saber cómo piensa pagar la cuenta del hospital. ¿Tiene usted seguro de gastos médicos?
-No.
-¿Puede pagar en efectivo?
-Me temo que no, hermana.
-Entonces, ¿tiene usted parientes cercanos?
-Sólo mi hermana, pero es una monja solterona sin un centavo.
-Disculpe que lo corrija. Las monjas no son solteronas; ellas están casadas con Dios.
-¡Magnífico!!!! Por favor envíele la cuenta a mi cuñado...
Y así nació el "que Dios te lo pague"...
Después de la operación, el hombre despertó y una monjita estaba a su lado.
-Señor Pérez, la operación fue un éxito. Sin embargo, necesitamos saber cómo piensa pagar la cuenta del hospital. ¿Tiene usted seguro de gastos médicos?
-No.
-¿Puede pagar en efectivo?
-Me temo que no, hermana.
-Entonces, ¿tiene usted parientes cercanos?
-Sólo mi hermana, pero es una monja solterona sin un centavo.
-Disculpe que lo corrija. Las monjas no son solteronas; ellas están casadas con Dios.
-¡Magnífico!!!! Por favor envíele la cuenta a mi cuñado...
Y así nació el "que Dios te lo pague"...
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Amor ciego
By Alberto Jiménez Ávila
A menudo nos quejamos de nuestro destino, especialmente cuando las cosas que planeamos no salen como queremos, o cuando por confiar en alguien salimos perdiendo hasta la camisa, en todo momento y a cada instante creemos que la suerte no esta de nuestro lado, y que por eso nos sucede lo que nos pasa, pero todo esto es producto de nuestra falta de criterio o malicia, en muchas ocasiones, sino es que en todas la veces que algo no sale como lo planeamos, es producto de no prever o no informarnos bien de lo que puede suceder en caso de que la persona o lo que pretendemos hacer es en verdad lo que esperamos y sucederá como queremos.
Había una vez una mujer que se enamoro de un hombre, como suele decirse, ella era soltera, sin compromisos y sin hijos, él la empezó a cortejar de manera muy hábil, de la manera como a las mujeres les gusta, este hombre le empezó a mandar flores, le mandaba cartas de amor, en las que le declaraba todo el amor que supuestamente él sentía por ella, al principio ella se resistía, no se si era porque no estaba segura de sus intenciones, o era por pena de que fueran a pensar que de manera muy fácil había caído en sus brazos.
Pasaron los días y las semanas, hasta que se cumplió un mes, ella ya no aguanto mas, le urgía salir con él y la espera la estaba matando, hablo con sus compañeras de trabajo, quería que la aconsejaran, -¿lo acepto?, ¿no lo acepto?-, les preguntaba a sus compañeras, ella ya había tomado su decisión, si sus compañeras le hubieran dicho que no le convenía, dudo mucho que les hubiera hecho caso, por eso cuando estas le dijeron que lo aceptara, suspiro aliviada, como diciendo, si las cosas no suceden como yo quiero, podre decir que ellas me insistieron.
En los primeros días él siempre pasaba por ella al trabajo, siempre tenia un detalle para ella, y esta se derretía por él, poco a poco se fue ganando mas su confianza y llego el momento en que ella dejo de desconfiar y estaba completamente segura que su amor era verdadero, él le prometía hacerla feliz toda la vida, le describió como seria su vida junto a él, todo seria felicidad, y era eso lo que ella necesitaba, ya estaba entrada en años y no había tenido suerte con sus pretendientes, hasta pensaba que nunca conocería el amor verdadero.
Pero no era verdad que el amor nunca había tocado a su puerta, lo que sucedía, era que ella ponía oídos sordo cuando este llegaba, y por eso nunca escuchaba cuando este tocaba, a todos les ponía peros, pensaba que no estaban a la altura de su condición o no merecían su amor, por eso fue pasando el tiempo y los que la conocían mejor no intentaban acercársele con otra intención que no fuer una simple amistad.
Fue pasando el tiempo y aparentemente todo iba de maravilla, sus compañeras la felicitaban y hasta le comentaban que había valido la pena el haber esperado tanto tiempo, algunas hasta envidiaban el trato que ella recibía, -ojala mi novio fuera como el tuyo, detallista y cariñoso-, le decía una compañera, ella les contaba lo maravillosos que era con ella, la llevaba a bailar, a cenar pero sobre todo, siempre le llamaba para saber como estaba, no dejaba pasar ni un día sin llamarle.
Un día que ella estaba contando las bondades de su novio, se le salió comentar lo que este le había pedido para evitar que su idilio terminara o se les amargara, le había pedido de favor, que nunca fuera a visitarlo a su trabajo, y si algún día iba a visitarlo, por favor dijera, que iba por un trabajo que quería él le hiciera, ya que él le había comentado, que ante tanta belleza de ella, sus compañeros podrían ponerse celosos de que él fuera su novio y no uno de ellos, le comento que sus compañeros lo odiaban y le tenían envidia, y para evitar problemas, era mejor que nadie de su trabajo se enterara que eran novios.
Sus compañeras se miraron entre si, sin saber que decir ante lo que habían oído, le comentaron que eso era extraño, pero ante ese comentario ella se puso a la defensiva, defendió con energía los motivos que él le había dado, y ante esta defensa, sus compañeras optaron por callar y no decir nada, comentaban entre ellas que esconder su romance no era muy apropiado, -¿Por qué esconderse?, solo que fuera casado, decían las compañeras.
Después de lo que había sucedido con el argumento de mantener en secreto su romance, las compañeras se dieron cuenta que ella ya no les contaba cosas de su novio como lo hacia al principio, días después se enteraron por boca de ella, que cuando le comento que ellas decían que no tenían porque esconderse, él le pidió que ya no confiara mucho en ellas, - pueden estar celosas de ti, y podrían empezar a meterte cosas en la cabeza- le dijo él.
Para ese entonces ella confiaba ciegamente en lo que él le decía, dejo de confiar en los consejos de sus compañeras de trabajo, y lo que es peor, dejo de confiar en si misma y en su criterio, y solo creía en lo que este le decía, era tanta su ceguera, que para evitar que le llevarán la contraria empezó a dejar de hablarle a sus compañeras porque él se lo había pedido, y llego un momento que estas se preocuparon por ella y trataron de quitarle la venda de los ojos y viera lo que en verdad estaba pasando, se dieron cuenta que él la manipulaba y probablemente la engañaba.
Un día en la empresa contrataron una nueva empleada, se llamaba Yadira, una mujer guapa y joven, como era nueva, no platicaba con nadie, únicamente las saludaba y si cruzaba palabras con ellas, siempre era lo indispensable y nada más, esta nueva compañera no sabia nada de lo que sucedía ahí, pero un día el galán llego a ver a su amada, esta aun no llegaba, y al entrar lo primero que vio, fue a la nueva empleada, y al verla se quedo sorprendido, quiso salir corriendo, pero no le dio tiempo, esta le grito, “¿Y tu que haces aquí?”, él le contesto con la misma pregunta, “¿y tu que haces aquí?”, -yo aquí trabajo- le contesto ella, él se dio la vuelta y se marcho sin decir nada mas.
Las demás compañeras se sorprendieron ante ese dialogo, se acercaron a la nueva compañera y le preguntaron tímidamente, -¡¿lo conoces?! Y esta les contesto, -si, es mi vecino, su esposa es mi amiga, tiene una niña preciosa y viven en un departamento que su suegro les regalo, las compañeras casi se desmayan ante tal confesión, además, continuo esta, el dueño de la empresa en donde trabaja es su suegro, y los demás trabajadores son sus cuñados.
Las compañeras no podían creer lo que estaban escuchando, no era posible, acaso, ¿era verdad?, no dijeron nada durante toda la mañana, parecía que eran ellas las engañadas, la compañera no llegaba y no sabían como le darían la mala noticia, esta llego pasado el medio día porque había ido a realizar ciertos tramites y por eso llego tan tarde.
Cuando por fin llego, dejaron que tomara asiento y respirara un poco, le contaron lo que Yadira les había contado, ella no dijo nada ante la noticia, se quedo callada y después de oírlas se metió al baño, lloro hasta mas no poder, las compañeras pensaron que después de esto ella lo terminaría, y le daría las gracias a la compañera que lo había descubierto, -porque aunque duela siempre es mejor saber la verdad- decían ellas.
Al otro día cuando se presentaron al trabajo, ella ya estaba allí, y les comento a sus compañeras que había hablado con su novio, si, efectivamente era casado, él se lo había confesado, pero que las cosas no eran como la nueva compañera (chismosa) les había comentado, esta mujer solo quiere distanciarnos, ella siempre ha estado enamorada de él, pero no le ha hecho caso porque no le gusta, y al saber que es mi novio, invento lo que les dijo, él ya me conto toda la verdad, por eso en cuanto llegue esta piruja, me la voy a madrear, estaba tan enojada, que si sus compañeras no la hubieran tranquilizado, probablemente si se hubieran desgreñado.
Las compañeras se sorprendieron ante la actitud de Guadalupe, (ese era su nombre) como era posible que pensara que Yadira hubiera inventado una historia como esa, nada mas por quitarle a su novio, nadie en su sano juicio creería la historia que le había contado su novio, definitivamente se convencieron que ella estaba ciega y era urgente hacerle ver la realidad. Le recordaron todos los indicios que hacían sospechar que este le mentía, el no querer que ella fuera a verlo a su trabajo para que no supieran sus compañeros que eran novios, así como el hecho de pedirle que no le llamara a su celular una vez que él estaba en su casa, con el argumento de; “¡no quiero que gastes en llamadas, mejor yo te llamo!”, pero aun así, esta seguía convencida que su novio no la había engañado.
Y efectivamente, es cierto, él no la había engañado, ella se había engañado sola, en esta vida, nadie engaña a nadie, siempre nos engañamos solos, porque para que suceda eso, es necesario que uno mienta y el otro le crea, cuando no confiamos en alguien, así nos este diciendo la verdad, no le creemos, en ocasiones, estamos tan enamorados o encariñados con alguien, que mantenemos la esperanza de que todo lo que se dice de esa persona sea mentira, y si su comportamiento no es el adecuado, creemos que por amor a uno, lo dejara de hacer, pero la realidad es cruda, no se puede borrar el pasado, lo hecho, hecho esta. Y lo que es peor aun, muchas veces es uno el que esta enamorado y el otro solo finge estarlo.
Posteriormente él le rogo encarecidamente que no lo abandonara, -si lo haces me voy a suicidar-, esto se lo dijo cuando ella lo amenazo con dejarlo, también le dijo que no era feliz con su esposa, que si aun seguía con ella, no era por amor, sino que era por miedo a perder la vida, su suegro y sus cuñados lo habían amenazado con matarlo en caso de abandonarla, todo esto era increíble de creer para las compañeras del trabajo, era una historia ridícula, -se ve claramente que su suegro lo mantiene-, dijeron estas, el departamento donde vive se lo regalaron y los autos que trae son también de su suegro, además no veo que lo traigan amarrado.
En fin la historia tal vez seguiría sin tener un final, porque ella sin importar las evidencias seguía creyendo en sus mentiras y su amor por él seguía, aunque un poco amargo, pero seguía, hasta que él la abandono, ¿y porque la abandono?, porque Guadalupe le exigió de una vez ponerse a vivir juntos y dejara a su esposa, su noviazgo ya tenia tres años, de los cuales dos años y medios el estuvo prometiendo que se iría a vivir con ella, pero no cumplió.
Y como Guadalupe empezó a llamarle a su teléfono, cuando este estaba en casa, su esposa se entero, y amenazo con correrlo de la casa y pedirle el divorcio si la estaba engañando con alguna otra mujer, y ante el temor de perderlo todo, decidió cortar por lo sano, abandono a Guadalupe, y como dice el dicho, “él que se enamora no lo nota, pero al poco tiempo se vuelve idiota”, y eso era lo que sucedía con Guadalupe, no obstante que él ya la había abandonado, ella seguía defendiéndolo, seguía pensado que sus cuñados y su suegro lo habían amenazado para que la dejara.
En realidad a él nunca le intereso formalizar una relación con Guadalupe, su intención desde el principio, fue divertirse y pasarla bien con ella, pero sin compromiso, y al ver que ella estaba enamorada de él, se aprovecho de esa debilidad hasta que ya no le fue posible seguir con ella, sus compañeras lo sabían, ella misma lo sabia, él se lo había hecho saber de diferentes formas, pero ella no lo quería ver, y se engaño sola.
Hoy en día y a pesar de todo, ella aun sigue manteniendo la esperanza de que él regrese, lo niega cuando se lo preguntan, pero no acepta salir con nadie, nadie le atrae, nadie vale la pena, según ella, por eso los que la conocen ya ni la invitan a salir, saben que serán rechazados y para evitar eso, prefieren no hacerlo.
A menudo nos quejamos de nuestro destino, especialmente cuando las cosas que planeamos no salen como queremos, o cuando por confiar en alguien salimos perdiendo hasta la camisa, en todo momento y a cada instante creemos que la suerte no esta de nuestro lado, y que por eso nos sucede lo que nos pasa, pero todo esto es producto de nuestra falta de criterio o malicia, en muchas ocasiones, sino es que en todas la veces que algo no sale como lo planeamos, es producto de no prever o no informarnos bien de lo que puede suceder en caso de que la persona o lo que pretendemos hacer es en verdad lo que esperamos y sucederá como queremos.
Había una vez una mujer que se enamoro de un hombre, como suele decirse, ella era soltera, sin compromisos y sin hijos, él la empezó a cortejar de manera muy hábil, de la manera como a las mujeres les gusta, este hombre le empezó a mandar flores, le mandaba cartas de amor, en las que le declaraba todo el amor que supuestamente él sentía por ella, al principio ella se resistía, no se si era porque no estaba segura de sus intenciones, o era por pena de que fueran a pensar que de manera muy fácil había caído en sus brazos.
Pasaron los días y las semanas, hasta que se cumplió un mes, ella ya no aguanto mas, le urgía salir con él y la espera la estaba matando, hablo con sus compañeras de trabajo, quería que la aconsejaran, -¿lo acepto?, ¿no lo acepto?-, les preguntaba a sus compañeras, ella ya había tomado su decisión, si sus compañeras le hubieran dicho que no le convenía, dudo mucho que les hubiera hecho caso, por eso cuando estas le dijeron que lo aceptara, suspiro aliviada, como diciendo, si las cosas no suceden como yo quiero, podre decir que ellas me insistieron.
En los primeros días él siempre pasaba por ella al trabajo, siempre tenia un detalle para ella, y esta se derretía por él, poco a poco se fue ganando mas su confianza y llego el momento en que ella dejo de desconfiar y estaba completamente segura que su amor era verdadero, él le prometía hacerla feliz toda la vida, le describió como seria su vida junto a él, todo seria felicidad, y era eso lo que ella necesitaba, ya estaba entrada en años y no había tenido suerte con sus pretendientes, hasta pensaba que nunca conocería el amor verdadero.
Pero no era verdad que el amor nunca había tocado a su puerta, lo que sucedía, era que ella ponía oídos sordo cuando este llegaba, y por eso nunca escuchaba cuando este tocaba, a todos les ponía peros, pensaba que no estaban a la altura de su condición o no merecían su amor, por eso fue pasando el tiempo y los que la conocían mejor no intentaban acercársele con otra intención que no fuer una simple amistad.
Fue pasando el tiempo y aparentemente todo iba de maravilla, sus compañeras la felicitaban y hasta le comentaban que había valido la pena el haber esperado tanto tiempo, algunas hasta envidiaban el trato que ella recibía, -ojala mi novio fuera como el tuyo, detallista y cariñoso-, le decía una compañera, ella les contaba lo maravillosos que era con ella, la llevaba a bailar, a cenar pero sobre todo, siempre le llamaba para saber como estaba, no dejaba pasar ni un día sin llamarle.
Un día que ella estaba contando las bondades de su novio, se le salió comentar lo que este le había pedido para evitar que su idilio terminara o se les amargara, le había pedido de favor, que nunca fuera a visitarlo a su trabajo, y si algún día iba a visitarlo, por favor dijera, que iba por un trabajo que quería él le hiciera, ya que él le había comentado, que ante tanta belleza de ella, sus compañeros podrían ponerse celosos de que él fuera su novio y no uno de ellos, le comento que sus compañeros lo odiaban y le tenían envidia, y para evitar problemas, era mejor que nadie de su trabajo se enterara que eran novios.
Sus compañeras se miraron entre si, sin saber que decir ante lo que habían oído, le comentaron que eso era extraño, pero ante ese comentario ella se puso a la defensiva, defendió con energía los motivos que él le había dado, y ante esta defensa, sus compañeras optaron por callar y no decir nada, comentaban entre ellas que esconder su romance no era muy apropiado, -¿Por qué esconderse?, solo que fuera casado, decían las compañeras.
Después de lo que había sucedido con el argumento de mantener en secreto su romance, las compañeras se dieron cuenta que ella ya no les contaba cosas de su novio como lo hacia al principio, días después se enteraron por boca de ella, que cuando le comento que ellas decían que no tenían porque esconderse, él le pidió que ya no confiara mucho en ellas, - pueden estar celosas de ti, y podrían empezar a meterte cosas en la cabeza- le dijo él.
Para ese entonces ella confiaba ciegamente en lo que él le decía, dejo de confiar en los consejos de sus compañeras de trabajo, y lo que es peor, dejo de confiar en si misma y en su criterio, y solo creía en lo que este le decía, era tanta su ceguera, que para evitar que le llevarán la contraria empezó a dejar de hablarle a sus compañeras porque él se lo había pedido, y llego un momento que estas se preocuparon por ella y trataron de quitarle la venda de los ojos y viera lo que en verdad estaba pasando, se dieron cuenta que él la manipulaba y probablemente la engañaba.
Un día en la empresa contrataron una nueva empleada, se llamaba Yadira, una mujer guapa y joven, como era nueva, no platicaba con nadie, únicamente las saludaba y si cruzaba palabras con ellas, siempre era lo indispensable y nada más, esta nueva compañera no sabia nada de lo que sucedía ahí, pero un día el galán llego a ver a su amada, esta aun no llegaba, y al entrar lo primero que vio, fue a la nueva empleada, y al verla se quedo sorprendido, quiso salir corriendo, pero no le dio tiempo, esta le grito, “¿Y tu que haces aquí?”, él le contesto con la misma pregunta, “¿y tu que haces aquí?”, -yo aquí trabajo- le contesto ella, él se dio la vuelta y se marcho sin decir nada mas.
Las demás compañeras se sorprendieron ante ese dialogo, se acercaron a la nueva compañera y le preguntaron tímidamente, -¡¿lo conoces?! Y esta les contesto, -si, es mi vecino, su esposa es mi amiga, tiene una niña preciosa y viven en un departamento que su suegro les regalo, las compañeras casi se desmayan ante tal confesión, además, continuo esta, el dueño de la empresa en donde trabaja es su suegro, y los demás trabajadores son sus cuñados.
Las compañeras no podían creer lo que estaban escuchando, no era posible, acaso, ¿era verdad?, no dijeron nada durante toda la mañana, parecía que eran ellas las engañadas, la compañera no llegaba y no sabían como le darían la mala noticia, esta llego pasado el medio día porque había ido a realizar ciertos tramites y por eso llego tan tarde.
Cuando por fin llego, dejaron que tomara asiento y respirara un poco, le contaron lo que Yadira les había contado, ella no dijo nada ante la noticia, se quedo callada y después de oírlas se metió al baño, lloro hasta mas no poder, las compañeras pensaron que después de esto ella lo terminaría, y le daría las gracias a la compañera que lo había descubierto, -porque aunque duela siempre es mejor saber la verdad- decían ellas.
Al otro día cuando se presentaron al trabajo, ella ya estaba allí, y les comento a sus compañeras que había hablado con su novio, si, efectivamente era casado, él se lo había confesado, pero que las cosas no eran como la nueva compañera (chismosa) les había comentado, esta mujer solo quiere distanciarnos, ella siempre ha estado enamorada de él, pero no le ha hecho caso porque no le gusta, y al saber que es mi novio, invento lo que les dijo, él ya me conto toda la verdad, por eso en cuanto llegue esta piruja, me la voy a madrear, estaba tan enojada, que si sus compañeras no la hubieran tranquilizado, probablemente si se hubieran desgreñado.
Las compañeras se sorprendieron ante la actitud de Guadalupe, (ese era su nombre) como era posible que pensara que Yadira hubiera inventado una historia como esa, nada mas por quitarle a su novio, nadie en su sano juicio creería la historia que le había contado su novio, definitivamente se convencieron que ella estaba ciega y era urgente hacerle ver la realidad. Le recordaron todos los indicios que hacían sospechar que este le mentía, el no querer que ella fuera a verlo a su trabajo para que no supieran sus compañeros que eran novios, así como el hecho de pedirle que no le llamara a su celular una vez que él estaba en su casa, con el argumento de; “¡no quiero que gastes en llamadas, mejor yo te llamo!”, pero aun así, esta seguía convencida que su novio no la había engañado.
Y efectivamente, es cierto, él no la había engañado, ella se había engañado sola, en esta vida, nadie engaña a nadie, siempre nos engañamos solos, porque para que suceda eso, es necesario que uno mienta y el otro le crea, cuando no confiamos en alguien, así nos este diciendo la verdad, no le creemos, en ocasiones, estamos tan enamorados o encariñados con alguien, que mantenemos la esperanza de que todo lo que se dice de esa persona sea mentira, y si su comportamiento no es el adecuado, creemos que por amor a uno, lo dejara de hacer, pero la realidad es cruda, no se puede borrar el pasado, lo hecho, hecho esta. Y lo que es peor aun, muchas veces es uno el que esta enamorado y el otro solo finge estarlo.
Posteriormente él le rogo encarecidamente que no lo abandonara, -si lo haces me voy a suicidar-, esto se lo dijo cuando ella lo amenazo con dejarlo, también le dijo que no era feliz con su esposa, que si aun seguía con ella, no era por amor, sino que era por miedo a perder la vida, su suegro y sus cuñados lo habían amenazado con matarlo en caso de abandonarla, todo esto era increíble de creer para las compañeras del trabajo, era una historia ridícula, -se ve claramente que su suegro lo mantiene-, dijeron estas, el departamento donde vive se lo regalaron y los autos que trae son también de su suegro, además no veo que lo traigan amarrado.
En fin la historia tal vez seguiría sin tener un final, porque ella sin importar las evidencias seguía creyendo en sus mentiras y su amor por él seguía, aunque un poco amargo, pero seguía, hasta que él la abandono, ¿y porque la abandono?, porque Guadalupe le exigió de una vez ponerse a vivir juntos y dejara a su esposa, su noviazgo ya tenia tres años, de los cuales dos años y medios el estuvo prometiendo que se iría a vivir con ella, pero no cumplió.
Y como Guadalupe empezó a llamarle a su teléfono, cuando este estaba en casa, su esposa se entero, y amenazo con correrlo de la casa y pedirle el divorcio si la estaba engañando con alguna otra mujer, y ante el temor de perderlo todo, decidió cortar por lo sano, abandono a Guadalupe, y como dice el dicho, “él que se enamora no lo nota, pero al poco tiempo se vuelve idiota”, y eso era lo que sucedía con Guadalupe, no obstante que él ya la había abandonado, ella seguía defendiéndolo, seguía pensado que sus cuñados y su suegro lo habían amenazado para que la dejara.
En realidad a él nunca le intereso formalizar una relación con Guadalupe, su intención desde el principio, fue divertirse y pasarla bien con ella, pero sin compromiso, y al ver que ella estaba enamorada de él, se aprovecho de esa debilidad hasta que ya no le fue posible seguir con ella, sus compañeras lo sabían, ella misma lo sabia, él se lo había hecho saber de diferentes formas, pero ella no lo quería ver, y se engaño sola.
Hoy en día y a pesar de todo, ella aun sigue manteniendo la esperanza de que él regrese, lo niega cuando se lo preguntan, pero no acepta salir con nadie, nadie le atrae, nadie vale la pena, según ella, por eso los que la conocen ya ni la invitan a salir, saben que serán rechazados y para evitar eso, prefieren no hacerlo.
martes, 7 de septiembre de 2010
Regresa.....
By Alberto Jiménez Ávila
Con el corazón en mis manos vengo a pedirte que vuelvas
Con mis lágrimas enjugando vengo a rogarte esta vez
Vengo a pedirte de rodillas, que no me dejes mujer
Si mi destino es no estar junto ti, lo aceptare,
Aceptare cualquier cosa que se me imponga,
Siempre y cuando no pueda hacer nada para cambiarlo,
Y si mi destino puedo cambiar, lo cambiare,
Por ti hare cualquier cosa, por ti luchare,
Hare lo que este en mis manos para verte volver,
No me daré por vencido, hare todo lo que me sea posible
Para tenerte conmigo otra vez.
Con el corazón en mis manos vengo a pedirte que vuelvas
Con mis lágrimas enjugando vengo a rogarte esta vez
Vengo a pedirte de rodillas, que no me dejes mujer
Si mi destino es no estar junto ti, lo aceptare,
Aceptare cualquier cosa que se me imponga,
Siempre y cuando no pueda hacer nada para cambiarlo,
Y si mi destino puedo cambiar, lo cambiare,
Por ti hare cualquier cosa, por ti luchare,
Hare lo que este en mis manos para verte volver,
No me daré por vencido, hare todo lo que me sea posible
Para tenerte conmigo otra vez.
viernes, 3 de septiembre de 2010
El Carpintero de Ataúdes
By Alberto Jiménez Ávila
A veces es necesario que pasen cosas terribles para que algunas personas reaccionen ante situaciones que son insostenibles, ejemplo de esto son las adicciones en las que muchos han caído y que sin importar el esfuerzo de los familiares, muchas veces no es suficiente para que estas las dejen y lleven una vida normal, es el caso del protagonista del siguiente relato que quiero contar.
Cipriano era hijo de un hombre muy trabajador, era aprendiz de carpintero y fabricante de ataúdes, el oficio lo aprendió o medio aprendió de su padre, el cual era el único carpintero del pueblo, un excelente fabricante de muebles, cosa que él no pudo heredar a pesar del esfuerzo que su padre hizo porque este lo aprendiera, a su padre le preocupaba que al morir no habría carpintero capaz de hacer los muebles que la gente del pueblo necesitaba, y por ese motivo animaba a su hijo para que aprendiera bien el oficio.
Como a Cipriano se le dificultaba hacer bien los muebles que las familias del pueblo le pedían, su padre era quien siempre los hacia, y él únicamente le ayudaba a hacer los diferentes cortes, porque para armarlos siempre se le dificultaba, y para evitar hacer un mal trabajo, su padre ya no se lo permitía, en cambio cuando había un pedido de algún ataúd para algún muerto del pueblo, era él quien los hacia porque como decía su padre, ¡los muertos son menos exigentes que los vivos!, y sabia que con el dolor de los familiares, estos no se fijarían en el acabado de la caja.
El padre de Cipriano ya estaba muy avanzado en años, se le dificultaba ver bien y por ese motivo ya casi no aceptaba todos los trabajos que le solicitaban por el temor de no cumplir con ellos, y fue así que ya casi no le encargaban nuevos muebles y el trabajo fue escaseando, hasta que un día murió. Cipriano se quedo solo y fue el mismo quien fabrico el ataúd de su padre, y posteriormente a la muerte él empezó a tomar, algunos decían que era por la tristeza de su muerte, otros decían que porque no tenía trabajo.
Durante un tiempo la gente del pueblo al no haber otro carpintero le encargaban sus muebles a Cipriano, pero como siempre incumplía con la fecha de entrega, y además de que el trabajo no era lo que se esperaba, la gente empezó a dejar de buscarlo para que les hiciera trabajo de carpintería, y únicamente lo buscaban para hacer ataúdes, por eso la gente lo llamaba el carpintero de ataúdes. Además de que como siempre andaba borracho, a veces ni se acordaba que le habían encargado muebles, y en otras ocasiones, si le pedían una cama, les hacia una mesa y viceversa.
Los familiares y vecinos hacían todo lo posible porque él dejara el alcohol, pero nada de lo que hacían era suficiente y ya prácticamente se habían dado por vencidos, su esposa e hijos eran los que lo mantenían, porque llego un momento en que se dedico nada mas al vicio y dejo de trabajar, por eso cuando alguien del pueblo moría, rogaban a dios que Cipriano no estuviera tan borracho para que pudiera hacer el ataúd, porque ir hasta la ciudad, era muy caro y el dinero escaseaba para todos.
Ya era costumbre verlo deambulando por las calles del pueblo, siempre borracho o con la resaca de su borrachera, y en las bodas y velorios no era extraño verlo, porque sabía que siempre encontraría algo de tomar en estos eventos. Y cuando no había fiestas o algún otro evento en el que pudiera conseguir alcohol gratis en el pueblo, y sabia o le decían de algún evento en algunos de los pueblitos cercanos, siempre iba a ellos sin importar la distancia que tuviera que caminar para llegar.
En una ocasión hubo un velorio en un pueblito cercano, Cipriano se presento y estuvo acompañando a los dolientes mientras le dieron licor, pero ya una vez que este se termino, decidió que ya era hora de emprender la marcha para regresar a su casa, eran las doce de la noche, el cielo estaba oscuro y casi no se veía nada por el camino, pero él no tenia miedo y siguió andando hasta que ya estaba cerca de su pueblo y se veían las primeras casas, escucho a lo lejos que alguien se acercaba acaballo, lo supo por el sonido de los cascos del caballo que este hacia, entre mas avanzaba, mas cerca se oían, hasta que lo tubo enfrente de él.
Era una persona montada en un caballo negro, esto lo supo después, porque que en ese instante estaba tan oscura la noche que no se podía distinguir el color, al tenerlo en frente este lo saludo muy amablemente, Cipriano no lo conoció, y pensó que era algún forastero que a esa hora iba de regreso a su casa, le contesto el saludo, el personaje del caballo le pregunto de donde venia, él le conto de donde venia y hacia donde iba, le dijo que se sentía cansado y que deseaba llegar a su casa para poder dormir un rato.
El caballo era grande, demasiado grande que a Cipriano le parecía un caballo gigante, pero no le dio mucha importancia, el personaje le dijo que iba a una fiesta, que si quería lo invitaba, en un principio Cipriano no acepto la invitación, no deseaba ir a ningún lado, solo quería dormir, pero el personaje le insistió, le dijo que en la fiesta habría mucho licor, y de la mejor calidad, todo gratis y mucha comida, además de que habría música para bailar y mujeres deseosas de estar con él.
Ante tal oferta Cipriano no pudo negarse a aceptar la invitación, le pareció demasiado buena y difícil de creer que decidió ir para verlo por si mismo, el personaje le tendió la mano para subirlo en las ancas de su caballo, su mano era áspera y grande, en cuanto estuvo encima del caballo, este le dijo que se agarrara bien de él, para que no se fuera a caer y emprendieron el viaje, el caballo era de lo mas brioso y su cabalgata era tan rápida que parecía que iban volando, y le pareció que en menos de cinco minutos llegaron al pueblo en donde estaba la fiesta.
Estaba emocionado de ver diferentes marcas de licores, mucha comida, mujeres y música para bailar, nadie se fijaba en él, y se sentía intimidado por todo lo que veía, el personaje le dijo que todo era gratis, ¡lo que quieras consumir puedes pedirlo o tomarlo tu mismo, no tienes que pagar nada!, mientras se tomaba un vaso grande de una bebida roja, Cipriano pidió de comer, hacia mucho tiempo que no comía bien y decidió que comería, no sabia que bebida pedir, tenían nombres raros que no conocía, por eso pidió lo primero que tubo a la vista hasta que se termino la botella.
Después de terminar de comer anduvo entre la gente, quería ver si conocía a alguien, pero no conoció a nadie y tampoco sabia en que pueblo estaba, todos parecían alegres y se divertían bailando y tomando, una hora después de andar de un lado para otro, se sintió aburrido y decidió que era hora de regresar, para eso busco a su acompañante y pedirle que lo llevará a su pueblo, ya que este se comprometió ha hacerlo en cuanto quisiera regresar, lo encontró bailando y le pidió lo regresara, este le dijo que siguiera divirtiéndose, pero él insistió que lo regresara, ante su insistencia el personaje le dijo que era un tonto por no aprovechar lo que había en el lugar, -aquí tienes todo lo que haz deseado y no haz podido tener, todo es gratis, le dijo.
Cipriano espero mientras el personaje se despedía de una de las mujeres con la que estaba bailando, una vez que estuvo listo, con un chiflido llamo a su caballo, este se presento en el acto, se le veían los ojos rojos como si tuvieran llamas, se subieron y de la misma manera y con la misma rapidez llegaron al mismo punto en donde se habían encontrado, lo bajo y cuando se estaban despidiendo, Cipriano le pregunto quien era y de donde era, a lo que este le contesto que no le podía dar su nombre ni decirle de donde era, porque si se lo decía se espantaría y no quería asustarlo.
-Yo quiero saber quien eres para poder agradecerte el que me hayas invitado a una fiesta en la que me divertí, comí y tome todo lo que quise, eso no cualquiera lo hace y tu lo has hecho por mi y te estoy agradecido, dijo Cipriano, pero este le contesto que no le diría su nombre, -solo imagínatelo, le contesto y arranco en su caballo, pero al hacerlo el aire le levanto el sombrero y le descubrió el rostro, tenia los ojos hundidos y le brillaban, no tenia carne en el rostro, era un esqueleto.
A Cipriano se le erizo el pelo, hasta entonces se dio cuenta que quien lo había invitado a la parranda no era un ser de este mundo y perdió el conocimiento, dos días después volvió en si, durante ese tiempo estuvo delirando, le daban escalofríos y temblaba incontrolablemente, su familia no sabia lo que le había sucedido y pensaron que moriría, pero se salvo.
Le conto a su familia y vecinos lo que le había sucedido, y todos quedaron sorprendidos por lo que conto, les dijo que únicamente había acompañado el individuo unas cuantas horas, pero durante tres días nadie supo nada de él, y todo el pueblo lo anduvo buscando, y el lugar donde lo encontraron era un camino muy transitado, por ser la calle principal.
Después de todo lo sucedido, Cipriano se puso a reflexionar, pensó que lo que le había sucedido era una señal para que cambiara su forma de vivir, ser una persona buena, alejada de los vicios que estaban deteriorando su salud, y decidió que cambiaria, dejo de tomar alcohol, empezó a leer la biblia y a creer mas en dios, invito a muchos de los que el conocía para que dejaran el alcohol y de esta manera dejaran de desperdiciar sus vidas.
Volvió a ofrecer sus servicios de carpintero, sus trabajos fueron mejorando hasta que llego a ser respetado como su papa, dejaron de llamarlo carpintero de ataúdes, y lo empezaron a llamar maestro de carpintería, nunca supo en donde estuvo durante esos días en los que estuvo desaparecido, lo sospecha pero no lo quiere decir.
A veces es necesario que pasen cosas terribles para que algunas personas reaccionen ante situaciones que son insostenibles, ejemplo de esto son las adicciones en las que muchos han caído y que sin importar el esfuerzo de los familiares, muchas veces no es suficiente para que estas las dejen y lleven una vida normal, es el caso del protagonista del siguiente relato que quiero contar.
Cipriano era hijo de un hombre muy trabajador, era aprendiz de carpintero y fabricante de ataúdes, el oficio lo aprendió o medio aprendió de su padre, el cual era el único carpintero del pueblo, un excelente fabricante de muebles, cosa que él no pudo heredar a pesar del esfuerzo que su padre hizo porque este lo aprendiera, a su padre le preocupaba que al morir no habría carpintero capaz de hacer los muebles que la gente del pueblo necesitaba, y por ese motivo animaba a su hijo para que aprendiera bien el oficio.
Como a Cipriano se le dificultaba hacer bien los muebles que las familias del pueblo le pedían, su padre era quien siempre los hacia, y él únicamente le ayudaba a hacer los diferentes cortes, porque para armarlos siempre se le dificultaba, y para evitar hacer un mal trabajo, su padre ya no se lo permitía, en cambio cuando había un pedido de algún ataúd para algún muerto del pueblo, era él quien los hacia porque como decía su padre, ¡los muertos son menos exigentes que los vivos!, y sabia que con el dolor de los familiares, estos no se fijarían en el acabado de la caja.
El padre de Cipriano ya estaba muy avanzado en años, se le dificultaba ver bien y por ese motivo ya casi no aceptaba todos los trabajos que le solicitaban por el temor de no cumplir con ellos, y fue así que ya casi no le encargaban nuevos muebles y el trabajo fue escaseando, hasta que un día murió. Cipriano se quedo solo y fue el mismo quien fabrico el ataúd de su padre, y posteriormente a la muerte él empezó a tomar, algunos decían que era por la tristeza de su muerte, otros decían que porque no tenía trabajo.
Durante un tiempo la gente del pueblo al no haber otro carpintero le encargaban sus muebles a Cipriano, pero como siempre incumplía con la fecha de entrega, y además de que el trabajo no era lo que se esperaba, la gente empezó a dejar de buscarlo para que les hiciera trabajo de carpintería, y únicamente lo buscaban para hacer ataúdes, por eso la gente lo llamaba el carpintero de ataúdes. Además de que como siempre andaba borracho, a veces ni se acordaba que le habían encargado muebles, y en otras ocasiones, si le pedían una cama, les hacia una mesa y viceversa.
Los familiares y vecinos hacían todo lo posible porque él dejara el alcohol, pero nada de lo que hacían era suficiente y ya prácticamente se habían dado por vencidos, su esposa e hijos eran los que lo mantenían, porque llego un momento en que se dedico nada mas al vicio y dejo de trabajar, por eso cuando alguien del pueblo moría, rogaban a dios que Cipriano no estuviera tan borracho para que pudiera hacer el ataúd, porque ir hasta la ciudad, era muy caro y el dinero escaseaba para todos.
Ya era costumbre verlo deambulando por las calles del pueblo, siempre borracho o con la resaca de su borrachera, y en las bodas y velorios no era extraño verlo, porque sabía que siempre encontraría algo de tomar en estos eventos. Y cuando no había fiestas o algún otro evento en el que pudiera conseguir alcohol gratis en el pueblo, y sabia o le decían de algún evento en algunos de los pueblitos cercanos, siempre iba a ellos sin importar la distancia que tuviera que caminar para llegar.
En una ocasión hubo un velorio en un pueblito cercano, Cipriano se presento y estuvo acompañando a los dolientes mientras le dieron licor, pero ya una vez que este se termino, decidió que ya era hora de emprender la marcha para regresar a su casa, eran las doce de la noche, el cielo estaba oscuro y casi no se veía nada por el camino, pero él no tenia miedo y siguió andando hasta que ya estaba cerca de su pueblo y se veían las primeras casas, escucho a lo lejos que alguien se acercaba acaballo, lo supo por el sonido de los cascos del caballo que este hacia, entre mas avanzaba, mas cerca se oían, hasta que lo tubo enfrente de él.
Era una persona montada en un caballo negro, esto lo supo después, porque que en ese instante estaba tan oscura la noche que no se podía distinguir el color, al tenerlo en frente este lo saludo muy amablemente, Cipriano no lo conoció, y pensó que era algún forastero que a esa hora iba de regreso a su casa, le contesto el saludo, el personaje del caballo le pregunto de donde venia, él le conto de donde venia y hacia donde iba, le dijo que se sentía cansado y que deseaba llegar a su casa para poder dormir un rato.
El caballo era grande, demasiado grande que a Cipriano le parecía un caballo gigante, pero no le dio mucha importancia, el personaje le dijo que iba a una fiesta, que si quería lo invitaba, en un principio Cipriano no acepto la invitación, no deseaba ir a ningún lado, solo quería dormir, pero el personaje le insistió, le dijo que en la fiesta habría mucho licor, y de la mejor calidad, todo gratis y mucha comida, además de que habría música para bailar y mujeres deseosas de estar con él.
Ante tal oferta Cipriano no pudo negarse a aceptar la invitación, le pareció demasiado buena y difícil de creer que decidió ir para verlo por si mismo, el personaje le tendió la mano para subirlo en las ancas de su caballo, su mano era áspera y grande, en cuanto estuvo encima del caballo, este le dijo que se agarrara bien de él, para que no se fuera a caer y emprendieron el viaje, el caballo era de lo mas brioso y su cabalgata era tan rápida que parecía que iban volando, y le pareció que en menos de cinco minutos llegaron al pueblo en donde estaba la fiesta.
Estaba emocionado de ver diferentes marcas de licores, mucha comida, mujeres y música para bailar, nadie se fijaba en él, y se sentía intimidado por todo lo que veía, el personaje le dijo que todo era gratis, ¡lo que quieras consumir puedes pedirlo o tomarlo tu mismo, no tienes que pagar nada!, mientras se tomaba un vaso grande de una bebida roja, Cipriano pidió de comer, hacia mucho tiempo que no comía bien y decidió que comería, no sabia que bebida pedir, tenían nombres raros que no conocía, por eso pidió lo primero que tubo a la vista hasta que se termino la botella.
Después de terminar de comer anduvo entre la gente, quería ver si conocía a alguien, pero no conoció a nadie y tampoco sabia en que pueblo estaba, todos parecían alegres y se divertían bailando y tomando, una hora después de andar de un lado para otro, se sintió aburrido y decidió que era hora de regresar, para eso busco a su acompañante y pedirle que lo llevará a su pueblo, ya que este se comprometió ha hacerlo en cuanto quisiera regresar, lo encontró bailando y le pidió lo regresara, este le dijo que siguiera divirtiéndose, pero él insistió que lo regresara, ante su insistencia el personaje le dijo que era un tonto por no aprovechar lo que había en el lugar, -aquí tienes todo lo que haz deseado y no haz podido tener, todo es gratis, le dijo.
Cipriano espero mientras el personaje se despedía de una de las mujeres con la que estaba bailando, una vez que estuvo listo, con un chiflido llamo a su caballo, este se presento en el acto, se le veían los ojos rojos como si tuvieran llamas, se subieron y de la misma manera y con la misma rapidez llegaron al mismo punto en donde se habían encontrado, lo bajo y cuando se estaban despidiendo, Cipriano le pregunto quien era y de donde era, a lo que este le contesto que no le podía dar su nombre ni decirle de donde era, porque si se lo decía se espantaría y no quería asustarlo.
-Yo quiero saber quien eres para poder agradecerte el que me hayas invitado a una fiesta en la que me divertí, comí y tome todo lo que quise, eso no cualquiera lo hace y tu lo has hecho por mi y te estoy agradecido, dijo Cipriano, pero este le contesto que no le diría su nombre, -solo imagínatelo, le contesto y arranco en su caballo, pero al hacerlo el aire le levanto el sombrero y le descubrió el rostro, tenia los ojos hundidos y le brillaban, no tenia carne en el rostro, era un esqueleto.
A Cipriano se le erizo el pelo, hasta entonces se dio cuenta que quien lo había invitado a la parranda no era un ser de este mundo y perdió el conocimiento, dos días después volvió en si, durante ese tiempo estuvo delirando, le daban escalofríos y temblaba incontrolablemente, su familia no sabia lo que le había sucedido y pensaron que moriría, pero se salvo.
Le conto a su familia y vecinos lo que le había sucedido, y todos quedaron sorprendidos por lo que conto, les dijo que únicamente había acompañado el individuo unas cuantas horas, pero durante tres días nadie supo nada de él, y todo el pueblo lo anduvo buscando, y el lugar donde lo encontraron era un camino muy transitado, por ser la calle principal.
Después de todo lo sucedido, Cipriano se puso a reflexionar, pensó que lo que le había sucedido era una señal para que cambiara su forma de vivir, ser una persona buena, alejada de los vicios que estaban deteriorando su salud, y decidió que cambiaria, dejo de tomar alcohol, empezó a leer la biblia y a creer mas en dios, invito a muchos de los que el conocía para que dejaran el alcohol y de esta manera dejaran de desperdiciar sus vidas.
Volvió a ofrecer sus servicios de carpintero, sus trabajos fueron mejorando hasta que llego a ser respetado como su papa, dejaron de llamarlo carpintero de ataúdes, y lo empezaron a llamar maestro de carpintería, nunca supo en donde estuvo durante esos días en los que estuvo desaparecido, lo sospecha pero no lo quiere decir.
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