viernes, 14 de noviembre de 2008

LOS NOVIOS

¿A quien van dirigidos tus pensamientos cuando te pones así?

By Alberto Jiménez Ávila
El pueblo era pequeño, todos se conocían y se sabia quien era quien, si alguien llegaba a cumplir 17 años y no tenia pareja, se empezaba a rumorar que el tren se le estaba pasando, y posiblemente jamás se casaría, o en el peor de los casos, si era hombre se rumoraba que le gustaban los hombres y por eso no buscaba mujer.
Gertrudis no era fea, una muchacha muy simpática, trabajadora y risueña, no se le conocía novio y ya había cumplido sus 18 años, para todos era ya una mujer “quedada”, así le decían a todas las que no habían logrado casarse antes de cumplir esa edad, tampoco se le conocía pretendiente alguno que estuviera interesado en ella, es más, la gente del pueblo decía que ya estaba vieja, y si había algún interesado en ella posiblemente eso lo desanimaba.

Pasaron los años y Gertrudis los fue acumulando a su edad,  al cumplir los treinta años murió su madre, estaba triste, desolada y con ganas de morir para que la enterraran junto a ella, se sentía el dolor en su rostro, se veía inconsolable, la gente del pueblo comentaba que su dolor, no era tanto por la muerte de su madre, sino por el hecho de quedarse sola y solterona, porque otras mujeres mucho mas jóvenes que ella no se podían casar, y ella con esa edad que tenia, era algo imposible.

La sorpresa llego un día para todo el pueblo, pero sobre todo para los hermanos de ella, un domingo por la mañana, después de la hora del almuerzo llego una comitiva compuesta de un joven de aproximadamente 30 años, su padre, su madre y tres parientes mas, arreglados para la ocasión y con un galón de aguardiente en las manos, a la casa del hermano mayor de Gertrudis.

Gertrudis y sus demás hermanos estaban presente, y todos se miraban asombrados y preguntándose cual era el motivo de la visita, el padre del joven fue el que empezó a hablar después de los saludos acostumbrados, -el motivo de nuestra visita, es con la finalidad de pedir la mano de Gertrudis, dijo este. Los hermanos se quedaron sorprendidos ante tal petición, en primer lugar porque ellos no sabían que su hermana tuviera novio, y en segundo lugar tampoco creían que ella  aceptaría tal petición.

Mateo era un joven tímido, muy reservado con sus cosas y casi no hablaba, todos sus amigos de la infancia ya estaban casados, el era el único que no lo había hecho, sus amigos no le conocían novia y cuando le preguntaban si estaba enamorado de alguna mujer, el únicamente sonreía y no decía nada, por eso en el pueblo se decía que probablemente era homosexual, porque a todos se les hacia raro que no se interesara en las mujeres.

Pero mateo no era homosexual y si le gustaban las mujeres, pero no todas, solamente una, y esa era Gertrudis, desde pequeño se enamoro de ella, y armándose de valor, un día al cumplir 18 años decidlo declararle su amor através de una carta, y su sorpresa fue mayor al recibir una respuesta positiva através del mismo medio, a pesar de que ya eran novios nunca se les vio juntos, jamás nadie vio que se dirigieran la palabra y por eso nadie sospecho nada.

Ella era la ultima de sus 10 hermanos, todos hombres y únicamente ella era la mujer, era muy triste para Gertrudis ser la única mujer de la familia, ya que era una costumbre muy arraigada entre las familias de esa época, que la ultima hija mujer de la familia tenia que cuidar a sus padres, y no se podía casar hasta que murieran ellos, porque la obligación de ellas era cuidarlos hasta su muerte.

En el pueblo era común robarse a las muchachas que no se decidían casarse con el novio, y otras al no aguantarse las ganas y ante el temor de salir embarazadas, decidían irse con ellos por su propia volunta, ambas cosas eran una ofensa para las familias y se veía muy mal, Mateo quería mucho a Gertrudis y el quiso hacer las cosas bien, pedir la mano de su novia para demostrarle no solo a ella, sino a muchos que hablaban mal de ella y de el, cuanto se amaban.

Se acordó que la boda seria una vez pasado el primer aniversario de la muerte de la madre de Gertrudis, durante los seis meses que faltaban se hicieron todos los preparativos para la boda tanto civil como religiosa, y durante todo ese tiempo jamás se vio que Mateo le tomara la mano a Gertrudis, nunca se vieron a solas, y muy pocas veces se dirigieron la palabra.

El día de la boda, mateo se veía contento y ansioso, ya se había llegado el día en que por fin tendría en sus brazos a la mujer amada, ella también se veía emocionada, estaba feliz porque al fin se había casado.

Los hermanos decidieron entregar a la novia hasta llegar al lugar de la fiesta, y eso hizo que se retrasara la entrega, pero cuando por fin llegaron al lugar y al entregársela al Novio, todos los presentes, entre familiares, amigos y curiosos gritaron al unísono, “beso, beso, beso”, Mateo se acerco a Gertrudis para abrasarla y besarla, pero lo único que logro hacer, fue tomarla de la mano, y callo al suelo sin vida.

Mateo murió sin haber besado a la novia, el corazón le fallo cuando mas lo necesitaba, la novia se quedo triste, llorando y desconsolada, - pobre de Mateo, se murió sin haber tocado a la novia, decían algunos, -mejor se la hubiera robado y así no hubiera esperado tanto tiempo para nada, decían otros, pero ni modo la vida es así y nadie puede predecir o cambiar las cosas del destino, Gertrudis se fue del pueblo y jamás se caso.

lunes, 3 de noviembre de 2008

MARINA


By Alberto Jiménez Ávila
Marina era una estudiante de secundaria que soñaba con disfrutar de la vida a lo grande, había nacido en una población pequeña de apenas veinte casas en donde todos se conocían, y en el mejor o peor de los casos eran familias.

Su pueblo era tan pequeño, que únicamente contaba con una escuela primaria a la que asistían los niños de las rancherías cercanas, cuando terminaban la instrucción primaria, si querían estudiar la secundaria, los padres los enviaban a la cabecera municipal para que continuaran estudiando.

Lo más lejos que había viajado Marina, era la cabecera municipal, y desde que la conoció a los 11 años cuando su madre la llevo a tomarse unas fotos para su certificado de primaria, quedo fascinada, esto era lo máximo, la calle principal estaba pavimentada y una que otra calle lateral, pero lo que mas le gusto, fue que había automóviles y agua potable.

Su pueblo era hermoso, mucha vegetación y un río con agua cristalina en el cual podía bañarse con sus amigas, pero a ella su pueblo no le gustaba porque no había agua potable, tampoco había calles pavimentadas, y lo peor, tenia que ayudar a su madre en las labores del hogar, principalmente acarreando agua en cubetas, las que tenia que llevar en la cabeza.

Sentía que la pobreza en la que vivía en su pueblo no era para ella,  pensó que lo mejor era buscar la manera de evitarla a como diera lugar, por eso en cuanto llego a la pequeña ciudad en donde estudiaría la secundaria, decidió escoger un novio que no fuera pobre, y como se sentía bonita creía que cualquiera podía caer ante sus encantos.

Marina no era alta, mas bien de una estatura mediana, no era gorda, pero tampoco era delgada, termino medio, morena clara, su pelo era rizado y cortó como las africanas, por tal motivo cuando este le crecía demasiado parecía que traía un nido de pájaro en la cabeza, en pocas palabras no era la belleza que ella creía ser, en su salón de clases había compañeras que le ganaban fácilmente tanto en belleza física como en inteligencia, pero eso no la desanimaba.

Al darse cuenta de que físicamente estaba perdida, decidió utilizar otra táctica, en esa época estaba de moda la minifalda,  sus compañeras las mas osadas a lo mucho que se atrevían era recortar su falda hasta las rodillas, porque el reglamento escolar establecía que la falda debía llegar mas abajo de la rodilla, diez centímetro, no menos, (había una perfecta amargada que traía una regla y se las media, “”la falda””), Marina hizo lo contrario, recorto su falda diez centímetro por encima de la rodilla, eso la hacia el centro de las miradas de todos los compañeros de la escuela, era la atracción principal a la hora del receso.

Su caminar lo cambio de uno de una niña con caminar normal a uno de caminar cadencioso y sensual, algunas veces exageraba,  cuando sus compañeras o amigas le decían que su caminar era fingido, ella alegaba y juraba que su caminar era natural,  aunque según ella hacia esfuerzos por cambiarlo, no lo podía evitar. –Me molesta que los hombres me vean de manera libidinosa, decía ella. Pero en el fondo lo disfrutaba porque estaba logrando lo que quería, que la regresaran a ver y en una de esas se le acercara un buen prospecto (victima segun ella).

Después del primero y segundo año escolar, no lograba nada, pero al inicio del tercer año por fin conoció a su príncipe azul, un chavo guapo, era un verdadero adonis, alto, delgado, ojos color miel y de pelo casi rubio, era un chavo nativo de la pequeña ciudad, pero desde pequeño sus padres se lo habían llevado a la capital del país, por eso no era muy conocido, su familia era, o se creía que tenia dinero, por eso Marina, cuando él se empezó a interesar en ella, inmediatamente le dio el si, y todo lo demás conforme este se lo fue pidiendo.

Las amigas de Marina tenían sus reservas acerca de él, pero ella decía para sus adentros, -son unas envidiosas, como ellas no tienen algo así, guapo y rico, quieren que yo también ande con un pobre y feo, como sus novios.

Las amigas tenían razón, el adonis vivía con sus abuelos porque sus padres se habían dado cuenta que este andaba metido en las drogas,  para evitar que se hundiera mas, decidieron enviarlo de regreso a la pequeña ciudad con el fin de que este se rehabilitara, cuando Marina se dio cuenta de eso ya era muy tarde, a los tres meses de andar con él, empezó a sentirse mal, le daban mareos y la panza le empezó a crecer, al darse cuenta de que estaba embarazada decidió ocultar la panza utilizando una faja.

Sus amigas y compañeros de la escuela le decían,-Marina te ves mas gordita, no es cierto, yo sigo igual, decía ella, pero después cuando los meses avanzaban y la panza crecía, cambio la versión de su gordura, “-lo que sucede es que soy muy tragona, en las noche me como dos plátanos machos y un par de huevos“. Los compañeros le decían en tono de broma, -ten cuidado con el plátano, sobre todo si es macho, porque te pueden inflar la panza, y no se te desinflara hasta que cumplas los nueve meses.
Marina tubo que abandonar la escuela, la panza ya no la pudo esconder, y lo peor de todo, el "Adonis Granjero" negó rotundamente ser el dueño o proveedor de los plátanos machos y los huevos que causaron el embarazo de Marina, sus padres vinieron por ella y se la llevaron al pueblo en cuanto nació su bebe,  años después Marina se junto con un paisano de su pueblo que siempre había estado enamorado de ella, pero no le hizo caso en un principio porque según ella, era pobre y vivía en el pueblo.


Cuando se vio sola, abandonada y sin el apoyo  del padre de su hijo, ya no le quedo de otra, tuvo que tragarse su orgullo y aceptar al que antes no quería, pero que actualmente era el único que sin importar que ya tenía un hijo de otro, la aceptaba y la apoyaba.

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