By Alberto Jiménez Ávila
Es malo presumir lo que se tiene,
pero es peor, presumir lo que no se tiene, porque corres el peligro de pagarlo
muy caro, actualmente los únicos que presumen de tener dinero y bienes son
aquellos que no los tienen, porque los que si los tienen no creo que les
convenga andar divulgándolo a los cuatro vientos por allí, especialmente como
están las cosas actualmente. Y todos en alguna ocasión hemos oído a algún
presumido, que puede ser algún vecino, compañeros de trabajo, ex compañeros de
la escuela o algún conocido.
En lo personal me ha sucedido que
al estar platicando con alguien, este empiece a contar de lo bien que le esta
yendo en su trabajo o negocio, dependiendo de si es empleado o tiene un negocio
propio, como si alguien se lo estuviera preguntando, y sin que venga al caso de
la platica, pero lo hacen con la intención de sentirse admirados y los demás
los consideren exitosos.
En una ocasión caminando por una
avenida muy transitada, oí insistentemente el claxon de un automóvil, como no
pensé que era a mí a quien le pitaban, no hice caso y ni voltee a ver de quien
se trataba, iba de prisa a recoger un paquete a la terminal de autobuses que me
habían enviado, además de que caminaba al otro lado de la avenida y en sentido
contrario del automóvil que estaba sonando el claxon. Como no voltee a ver, la
persona del auto grito mi nombre, y fue entonces que regrese a ver, y era un ex
compañero de la universidad.
Él iba manejando un automóvil de
la marca Volswagwen, modelo Jetta en color rojo, se le veía en el rostro su
alegría, pensé que era porque me había visto y le daba gusto volverme a ver.
Pero no se detuvo, siguió su marcha y solo me pregunto si seguía trabajando en
el mismo lugar. En ese momento no le di importancia, ni me puse a pensar en el
encuentro, pero ya después, analizando bien las cosas, me doy cuenta que el ex
compañero solo quería llamar mi atención para que viera, que el manejaba un
auto (no se si era de él o de la empresa), y yo seguía a pie.
Hay personas que les gusta
presumir, que les va mejor a ellos que a los demás aunque eso no sea verdad. Y
si es verdad, que bueno, se lo merecen. Pero cuando no es así, la realidad los
puede frustrar, si bien les va, porque en el peor de los casos puede ser de vida
o muerte. Como lo que le sucedió a una persona que me conto su desgracia.
Esta persona, un joven
emprendedor y con ganas de triunfo, desde los dieciocho años empezó a trabajar
como taquero y aprendió muy bien el oficio, por eso un día decidió
independizarse e iniciar su propio negocio en lo que ya sabía hacer. Puso su
puesto de tacos y le estaba yendo muy bien porque le estaba echando todas las
ganas posibles, al principio contrato una persona quien le ayudaba, pero
después se caso y su esposa también se integro al equipo de trabajo.
Su esposa muy trabajadora,
también le echaba muchas ganas al negocio y este siguió progresando, y como no
tenían medio de transporte para transportar las cosas e ir al mercado, tenían
que pagar taxi, por eso, él decidió que con lo que tenían ahorrado se compraría
un auto. Y como su sueño siempre había sido tener un Jetta, decidió matar dos
pájaros de un solo tiro, pero como no era mucho lo que tenia ahorrado, se
compro un Jetta, de los mas viejitos, es decir que no era ultimo modelo, pero
si “primer modelo” que salió al mercado, y andaba muy contento.
Paso el tiempo y el negocio
seguía dándole para vivir, un día decidió que ya era hora de cambiar su Jetta
por un modelo mas reciente, y se lo platico a su esposa, porque él siempre
compartía sus planes con su esposa, se querían y se tenían mucha confianza, por
eso siempre que se iba a hacer una nueva inversión, se consultaban para que no
hubiera malos entendidos y ella le dijo que si ese era su deseo lo apoyaba en
su decisión.
Como nada es perfecto en la vida,
su esposa muy trabajadora y buena persona, pero con un defecto, era una mujer
muy presumida. En una ocasión los invitaron a la fiesta de quince años de una
vecina, él no pudo ir y ella fue sola con su pequeña hija, le toco una mesa en
donde estaban algunas amigas y ex compañeras de escuela, allí aprovecho para
presumir lo bien que la estaba tratando la vida, presumió que su esposo la
amaba demasiado y que el negocio era tan bueno, que no se daban abasto de
atender a los clientes y de contar las ganancias.
Y claro, no podía faltar y dejar
fuera del tema el Jetta que su esposo se iba a comprar, les dijo que él estaba encaprichado en comprarse un Jetta ultimo modelo, a pesar de que tenia
uno que era de modelo reciente según ella, pero que como era su dinero, no podía
hacer nada para convencerlo de que no hiciera un gasto innecesario, porque el
dinero ya lo tenia. No paro de presumirles a sus amigas durante toda la fiesta,
y como suele suceder en los eventos sociales, los de las mesas cercanas también
escucharon lo que ella dijo.
Una semana después de esa fiesta
de quince años, a él lo secuestraron, llego temprano a abrir su puesto de tacos
y allí le llegaron los malosos, se lo llevaron y le pedían que llamara a su
esposa para que depositara Doscientos cincuenta mil pesos. Cuando escucho lo
que pedían, pensó que no se salvaría
porque no iba a poder juntar todo ese dinero, les dijo que no tenia tanto
dinero, y al decir esto los malosos lo empezaron a golpear y a decirle que no se
hicieran pendejo, que su esposa había dicho que si tenia el dinero y que con
eso se pensaba comprar un Jetta ultimo modelo.
Afortunadamente los secuestradores no lo
mataron y aceptaron treinta y cinco mil pesos, que era lo único que tenia
ahorrado, y no Doscientos cincuenta mil pesos como ellos creían, por lo que
habían oído decir a su esposa, porque su plan era vender el Jetta viejo que
tenia y con lo que le dieran, mas los treinta y cinco mil pesos ahorrados,
comprarse un Jetta mas reciente que el que tenia, pero no uno nuevo, porque el
negocio no daba tanto como su esposa presumía, nada más sacaban para vivir.
Presumir algo, lo tengas o no,
nunca ha sido bueno, porque caes mal, si tienes no lo presumas porque habrá
alguien que te lo querrá quitar, y si no tienes con mayor razón no lo digas,
porque nadie te dirá que te dará algo para que tengas y dejes de llorar.
Él ya supero el temor que le
causo esa experiencia, y a su esposa se le quito lo presumido, aprendió que no
es bueno ser presuntuoso, porque si tienes que bueno, pero sino, que terrible.
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