Hace mucho tiempo, una joven llamada Carmen se casó y fue a vivir con el marido y la suegra, la señora Paula.
Después de algunos días, descubrió con sorpresa que no se entendían con Paula.
Personalidades diferentes. Carmen fue irritándose con los hábitos de la suegra, que solía criticarla.
Los meses pasaron. Carmen y Paula cada vez discutían y peleaban permanentemente por todo.
Carmen no soportando más vivir con la suegra, tomó una decisión extrema y consultó con un consejero experto en este tipo de litigios cotidianos: el Señor Wo
Después de oírla, el maestro tomó un paquete de hierbas y le dijo:
"No deberás usarlas de una sola vez para liberarte de tu suegra, porque ello causaría sospechas. Deberás darle varias hierbas que irán lentamente envenenándola. Cada dos días pondrás un poco de estas hierbas en su comida.
Ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No discutas, debes ser comprensiva, ayúdala a resolver sus problemas.Recuerda, tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones".
Carmen respondió: "Si, Señor Wo, haré todo lo que el señor me pida para eliminarla".
Carmen quedó muy contenta, agradeció al Señor Wo, y volvió muy apurada y entusiasmada para comenzar el plan.
Pasaron las semanas y cada dos días, Carmen servía una comida especialmente tratada a su suegra.
Siempre recordaba lo que el Sr. Wo le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento: obedecía a la suegra, la contenía y la trataba como si fuese su propia madre.
Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada. La dinámica de la relación se tornó distinta.
Carmen había controlado su temperamento y casi nunca la aborrecía. En esos meses, no había tenido ni una discusión con su suegra. Ella era más amable y hasta resultaba fácil convivir con Paula.
Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.
Un día, Carmen fue nuevamente a visitar al Sr.Wo para pedirle ayuda y le dijo: "Querido Señor Wo, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer sumamente agradable, comprensiva y la amo como si fuese mi madre. No quiero que ella muera por causa del veneno que le dí".
El Sr.Wo sonrió y señaló con la cabeza: "Señora Carmen, no tiene por qué preocuparse. Su suegra no ha cambiado, la que cambió fue usted.
Las hierbas que le dí, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en su mente, en su actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella".
La mayor parte de las veces recibiremos de las otras personas lo que les damos.
El plantar es opcional, pero la cosecha es obligatoria.
Por eso, tengamos cuidado con lo que plantamos