jueves, 27 de octubre de 2011

El Celoso

By Alberto Jiménez Ávila


La vida es como una escuela de donde nunca nos graduamos, porque esta siempre nos enseña cosas nuevas cada día, algunos con el paso del tiempo se vuelven mas sabios, porque pusieron atención a todo lo que ella les ha enseñado, y si no se pone atención, viviremos nuestras vidas cometiendo los mismos errores que nos causaran dolor. Cuando nacemos y estamos creciendo somos soñadores, creemos que todo es fácil y no medimos las consecuencias de nuestros actos.

No es bueno creerse superior a nadie, porque siempre habrá alguien que te supere, las personas que se creen mucho ó creen ser superiores a otros, muchas veces tienen complejo de inferioridad, por ejemplo los bravucones, esos que a casi todos quieren golpear, y digo a casi todos, porque nada mas a los débiles e inválidos asustan y le echan pleito.

Cuando estudiaba la secundaria, tenía un compañero que en verdad era un bravucón, siempre andaba tirándole golpes a todos los compañeros que no se pudieran defender, por tal motivo le pusimos de sobrenombre “Finta”, porque siempre andaba fintando como si fuera un boxeador, seguido se pelaba o golpeada a algún compañero, y el sobrenombre realmente le gusto, ya que así era como se presentaba cuando alguien le preguntaba su nombre.

En el grupo  había una compañera llamada Leoba, y de cariño le decíamos “Loba”, pues bien resulta que Loba era la novia de finta, Loba era una chavita guapa, que en verdad todavía me pregunto como era posible que fueran novios, porque Finta no era un adonis, ni nada parecido. Más bien parecía un cubo con músculos, porque no era alto sino chaparro, se veía cuadrado, según él todos los días hacia ejercicio, y como no iba a ningún gimnasio a hacer pesas, porque eso era lo que hacia, con unas latas vacías de chiles en vinagres de la costeña y un tubo, se fabrico sus pesas. Y con esas se ejercitaba.

Como Loba era guapa, admiradores no le faltaban, pero ante la amenaza de Finta nadie se atrevía ni siquiera a acercársele, so pena de sufrir las consecuencias de recibir una golpiza por parte de él. Ella era muy amable, y se llevaba con todos, no era engreída, nunca me entere de que  Finta la golpeara, sus pleitos eran solo discusiones por los celos de él, pero nada más. Tampoco estoy seguro de que ella en verdad lo amara, tal vez era admiración, amor, o temor, o las tres cosas a la vez, porque en una ocasión que la invite a salir, al decirme que no, le pregunte el motivo de su negativa, me dijo  que tenía temor de que Finta se enterara que había salido conmigo y me golpeara.

Cuando iniciamos el tercer año de secundaria, todo parecía que seria como los dos anteriores, Finta cuidando a  Loba, y golpeando a los atrevidos u osados que se atrevían a acercarse a ella, y otros como yo, soñando con el futuro. Pero no fue así, uno de los alumnos de primer ingreso, resulto ser amigo de Loba, era un alumno que venia de una ranchería, en pocas palabras era un muchacho del campo, no un citadino como nosotros, este estaba acostumbrado al duro trabajo del campo, su ejercicio diario era trabajar limpiando con un machete las milpas, o desmontando el campo, para volver a sembrar, y tal ves por eso hasta estaba delgado. En cambio finta, sus ejercicios diarios eran correr tras el balón cuando jugábamos football y hacer pesas en su casa.

Finta al ver un día que Loba estaba muy risueña platicando con él, inmediatamente se enfureció, parecía búfalo embravecido con los hombros levantados camino hacia donde estaban ellos, e inmediatamente los encaro, pregunto que era lo que hacían, y Loba le dijo que la dejara en paz, que no estaba haciendo nada malo, solo estaba platicando con un amigo y que eso era todo, pero Finta no conforme con eso, amenazo al atrevido, advirtiéndole de que si lo volvía a ver platicando con su novia, le rompería la cara a golpes, el alumno le explico que eran primos y que por eso platicaban, y en seguida se marcho.

Desde ese día, cada vez que finta veía al alumno de primero, siempre lo encaraba y le hacia la finta de golpearlo, lo retaba y lo agredía con palabras altisonantes, pero no pasaba de allí, el otro alumno siempre le daba la espalda y no le hacia caso, Finta se engreía más, y vociferaba que este le tenia miedo, porque no le aceptaba los retos, ni se defendía de las palabras altisonantes que le decía. El primo de Loba calmadamente le pedía que se tranquilizara.

Pero como no hay mal que dure cien años, ni persona que lo aguante, y a cada santo  le llega su fiestecita, a Finta también le llego, él creía que en verdad el alumno de primer año le tenia miedo, hasta yo pensé eso, ya que este se veía demasiado flaco, casi desnutrido, eso si mucho mas alto, y Finta era digamos tres veces mas fornido, o gordo, por lo tanto las cosas se veían desiguales.

Un día de esos en los que los maestros de este país raramente deciden no dar clases, nos enviaron de regreso a nuestras casas muy temprano, con el argumento de que tendrían una reunión de maestros, por eso todos salimos tempranos y muy contentos por no tener clase, algunos decidieron irse de pinta, otros llegar temprano a casa, o aprovechar para convencer a esa compañera de darnos el sí.

Íbamos caminando algunos compañeros de salón junto con Finta, cuando al dar vuelta a la esquina de la calle, encontramos al primo de  Loba, y como ya dije en líneas anteriores, Finta, siempre lo encaraba y lo retaba, pero este calmadamente rechazaba cualquier reto o contestación verbal, pero esta vez, finta fue más allá, y le dio un golpe, al hacer esto Finta, el rival se enfureció, le pidió a uno de sus compañero que le sostuviera sus libros, Finta se alegro, por fin tendría la oportunidad de golpearlo como quería, y también pidió que le sostuvieran sus libros.

Hicimos una rueda para delimitar el espacio donde pelearían, estábamos seguro que habría una masacre, creímos que en un dos por tres Finta ganaría, pero cual va siendo nuestra sorpresa, Finta no alcanzo a dar ni un solo golpe, se desplomo como un tronco, el primo de Loba lo cazo, espero a que este le tirara el primer golpe, y solo una patada le tiro, se la planto en la boca del estomago, y  Finta sin aire, cayo y se desmayo, lo levantamos y nos lo llevamos cargando, como si fuera un bulto, minutos después se recupero.

El primo de Loba se marcho, no le dio ni un golpe más, no era necesario, Finta estaba bien noqueado, y no había duda de quien había ganado, cuando se recupero le preguntamos que había pasado, como sino supiéramos, lo habíamos visto todo, y Finta nos dijo que lo habían agarrado descuidado, que por eso había perdido, y que al otro día se las pagaría, pero ese día ya nunca llego.

Finta dejo de ir a la escuela regularmente, y cuando iba se escondía o esperaba a Loba muy alejado de la escuela, parecía que no quería que se dieran cuenta de su presencia, perdió el respeto o temor que le tenían sus rivales, es mas perdió hasta a la Loba, ya que al dejar de ir a la escuela, era fácil que ella aceptara salir con  uno, ya no había quien la cuidara y se sentía libre de hacer lo que quisiera.

Finta creyó que nadie podía superarlo en los puños, porque siempre ganaba cuando peleaba, se creía invencible, siempre actuaba con bravuconerías, le funciono un tiempo, hasta que conoció a su verdugo, porque después de eso, Finta se convirtió en otra persona, muchos decían que le habían pisado la sombra, otros que había aprendido la lección, vaya usted a saber que fue lo que en verdad sucedió, pero a Finta ya no volví a verlo  pelear, dejo la escuela, ya no la termino, lo veía de vez en cuando, pero ya no era ni la sombra de lo que fue, creo que se volvió pacifista o algo parecido.

martes, 25 de octubre de 2011

Dios mío

By Alberto Jiménez Ávila

En el transcurso de mi vida he oído muchas veces la expresión, “Dios mío, ¿Por qué me castigas? o ¿por que me haz abandonado?”, en algunas ocasiones la expresión si tiene sentido, cuando perdemos a alguien muy especial y el dolor de su perdida sea insoportable, por lo tanto buscamos desahogarnos utilizando esa expresión, porque creemos que Dios nos ha abandonado aunque no sea verdad.


En muchas otras ocasiones utilizamos esas expresiones sin darnos cuenta que lo único que hacemos es simplemente quejarnos como niños malcriados sin ponernos a pensar que lo que creemos es un castigo de Dios, no es mas que un alivio o una advertencia de lo mal que nos puede ir si forzamos la situación.

Ejemplos de esto hay muchos, cuando nos enamoramos de alguien, o creemos estar enamorados y esa relación no se da, lejos de agradecerle a Dios por no haberse dado esa relación, se lo reprochamos, siempre que las cosas no suceden como queremos nos quejamos, y yo estoy sinceramente convencido de que a Dios no deberíamos de reprocharle nada, porque él no tiene la culpa de todo lo malo que nos sucede, ya que nosotros somos los que forzamos las cosas para que sucedan.

O cuando nuestros padres no nos permiten salir o ir a ciertos lugares que creen son peligrosos de visitar, nos quejamos y hasta llegamos a odiarlos, y aparece la dichosa frase, pensando que Dios es el culpable por no ablandarles el Corazón, cuando debería ser al revés, porque el sexto sentido o vaya usted a saber que sea, previene a los padres de no permitirnos salir.
Al escribir esto me viene a la memoria el caso de un joven que estaba enamorado de una jovencita. Él en verdad es un buen hombre, no tiene a sus padres y en ese entonces cuando esto sucedió vivía con sus tíos, trabajaba como marinero en un yate y no se metía en problemas con nadie, y andaba en busca de una buena mujer que lo amara de la misma manera como él pensaba amarla.

Él tenía una amiga de la infancia, esta estudiaba la preparatoria y vivían en la misma colonia y eran vecinos, eran buenos amigos y se frecuentaban, un día que la visito, la encontró con una compañera de la escuela, pero ella no se la presento, la muchacha era bella y él se enamoro de su belleza en cuanto la vio, y posteriormente le pidió a su amiga que se la presentara pero esta se negó a hacerlo.

Cada vez que se veían le rogaba que se la presentara o le hablara bien de él, pero ella siempre le dijo que no, y su excusa siempre fue, “tu no le convienes a mi amiga, ella se merece algo mejor” y esto se lo decía en serio, porque ella creía que su vecino era muy poca cosa, por el hecho de no haber seguido estudiando y nada mas haber terminado la secundaria.

Pero lejos de desanimarse seguía insistiendo hasta que se dio cuenta que otro vecino andaba con ella, y decidió darse por vencido y dejar las cosas en paz. En ese momento se sintió muy deprimido, le dolió el saber que esa mujer a quien él creía merecer, prefiriera a otro y no a él. Y hasta culpo a Dios, creyó que Dios no lo quería porque siempre que le oraba le pedía que ella lo aceptara como su novio, había soñado con ser felices para siempre. Y se lo reprochaba también a su amiga.

La muchacha había preferido a un vago, sin oficio ni beneficio, su única gracia era que vestía bien y siempre tenia tiempo para ella, y como no iba a tener tiempo, si no trabajaba, ni estudiaba, y sus padres lo mantenían, hasta se rumoraba que era drogadicto. Pero bueno, ella así lo quiso y cuando uno se enamora, no es fácil darse cuenta de lo mal que nos puede ir si no sabemos escoger.

Paso el tiempo, y un día, ella salió embarazada, a duras penas termino la preparatoria, y posteriormente dio a luz a un niño, como ya dije ella era muy bella físicamente hablando, porque sentimentalmente no sabría decir como es, pero después de tener a su bebe, se empezó a inflar como pez globo, no es broma, así como se infla un pez globo cuando esta en peligro, así se inflo esa mujer, antes de salir embarazada tenia unas piernas bien torneadas, una cintura de abejita y un rostro angelical.

Pero después, todo eso desapareció, parecía que una de las piernas la tenía en el cuello, ya que este se le ensancho demasiado, la cinturita de abeja, parecía llanta de tractor, y por la misma gordura, parecía que los ojos  le saldrían volando de las cuencas, es por eso que digo que parecía pez globo, y no estoy exagerando.

Cuando su antiguo enamorado la vio, ya que para no deprimirse se había mudado de colonia, primero se sintió decepcionado, pero al mismo tiempo se sintió agradecido de que ella no lo hubiera aceptado, fue a ver a su amiga y le dio las gracias, porque sino hubiera sido por su negativa a presentársela, tal vez él estaría casado con ella, y no con la mujer con la que ahora esta casado, que por cierto es una mujer sentimentalmente muy bella.

Tal vez el no se de cuenta, o no haya recapacitado sobre lo que le paso, pero si nos ponemos a pensar en su historia, podríamos ver que Dios no lo estaba castigando al no hacer caso de sus oraciones cuando él le pedía que le permitiera fuera ella su novia. Dios le estaba ayudando a no caer en una relación de la que actualmente estaría arrepentido, como fue el caso del vago que la embarazo, nada mas la soporto un año después de haber nacido su hijo, porque después los abandono a ambos.

La próxima vez que te suceda algo que creas es malo, aunque te duela hasta lo mas profundo de tu alma, no te quejes ni le eches la culpa Dios, mejor agradécele lo que te esta sucediendo, porque por algo te sucedió, y es posible que te tenga reservado algo mucho mejor. Y como me decía mi abuelo que en paz descanse, “si tienes que creer en alguien, asegúrate de que ese alguien sea Dios”

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