domingo, 13 de febrero de 2011

Para el amor no hay edad.


By Alberto Jiménez Ávila

Cuando era niño veía pasar frente a la casa donde vivía una pareja de ancianos, caminaban lentamente agarrados de la mano, como sosteniéndose uno al otro, la primera vez que los vi pensé que uno de ellos estaba enfermo y por eso caminaban agarrados de la mano, pero esa no fue la única vez que los vi caminar de esa manera, siempre caminaban agarrados de la mano.

Tenia yo talvez 9 años y no entendía muy bien lo que era el amor de pareja, porque a esa edad el único amor que conocía era el amor maternal, y talvez aun no lo entiendo hoy en día, pero si me llamaba la atención el hecho de que dos ancianos caminaran de la mano como dos jovencitos enamorados, en mi corta vida nunca había visto algo parecido, y por eso se  me hacia curioso y me quedaba observándolos cuando pasaban frente a la casa.

Una vez oí un comentario de una señora cuando vio a la pareja de ancianos agarrados de la mano, “son unos ridículos” – dan un mal ejemplo a los jóvenes- pensé que talvez tenia razón, a mi me daría pena que me vieran agarrado de la mano de una niña pensé, pero años después me di cuenta que las personas que decían que esa pareja de ancianos eran unos ridículos, en realidad lo decían porque eran unas personas que a pesar de estar casados aun no conocían el amor, eran personas amargadas porque sus vidas en parejas no era de lo mejor, o talvez porque con la persona que se habían casado no eran de quienes se habían enamorado y por eso pensaban así.

Todos los domingos en la mañana iban a la iglesia, y después de allí pasaban al mercado, el siempre trataba de cargar la bolsa del mandado mientras ella caminaba a su lado, me daba la impresión y así lo demostraban que se amaban de la misma manera como cuando eran jóvenes, nunca los vi discutir y raramente salía uno sin el otro, lo se porque Vivian a tres casas de donde yo vivía y en la misma calle.

Su casa era de adobes, y muy grande, sus hijos Vivian en la ciudad de México, todos eran profesionistas y una vez al año venían a visitarlos, supe que ellos querían llevárselos pero se negaron a abandonar su casa y su ciudad natal, dijeron que querían morir en su tierra, porque la gran ciudad no les gustaba y sufrirían, por eso sus hijos no insistieron y dejaron que siguieran viviendo solos en su casa.

Tres años después de haberlos conocido ella murió, el anciano sufrió, se veía en su rostro el sufrimiento, no lloro a gritos, pero talvez ganas no le falto, sus lagrimas rodaban por sus mejillas, era triste verlo así, me imaginaba el sufrimiento de ese anciano, quedar solo sin la compañía de esa persona que para él lo era todo, era su apoyo moral para seguir viviendo, era talvez lo único que lo mantenía saludable y con vida.

Después del entierro de la anciana, sus hijos tuvieron que regresar a la ciudad de México, se lo quisieron llevar pero el no acepto, y sus hijos al verlo tan decidido a quedarse, decidieron dejarlo en su casa y contrataron a una persona para que lo cuidara y le preparara sus alimentos, él dejo de salir los domingos a la iglesia como solía hacerlo cuando su amada esposa aun vivía, se dejo vencer y dejo de luchar, ya no salía a ningún lado, y en un mes le aparecieron todos sus achaques, le dolían los pies y dejo de caminar, se le fue el apetito y dejo de comer, y tres meses después el también murió.

Los doctores dijeron que se dejo morir para poder ir tras su amada, no le encontraron ninguna otra explicación al hecho de haber dejado de comer y ya no querer caminar, extrañaba tanto a su esposa que la única manera de poder volverla a ver, era dejarse morir, me sentí triste al saber la noticia, pero también pensé que talvez era lo mejor para él, así dejaría de sufrir.

Hoy en día cuando veo a una pareja de ancianos agarrados de la mano, me acuerdo de ellos, no me parecen ridículos, es bueno expresar el amor que tiene uno por su pareja, sin importar la edad que se tenga, cuando se esta verdaderamente enamorado se debe demostrar ese amor de alguna manera, y aquellos que piensen lo contrario, o están equivocados, o no conocen el verdadero significado del amor, porque no se puede dar lo que no se tiene, y si tu no tienes amor para tu pareja, por mas que te esfuerces no podrás dar lo que a ti como persona te hace falta.

Feliz día del amor y la amistad, espero que en verdad hayan encontrado el verdadero amor y que no solo en este día tan especial, sino todos los días que tengan a alguien a quien amar, le expresen y le demuestren ese amor que siente por ella o por él, porque cuando cualquiera de los dos ya no este, estoy seguro que lo lamentaran.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Galán de Cantina


By Alberto Jiménez Ávila

Don polo se sentía abrumado y deprimido cuando llego a su casa, su esposa lo recibió como siempre con una sonrisa y con animo de atenderlo, Vivian solos en su casa, los hijos hacia mucho tiempo que se habían ido de ella, cada quien vivía en sus respectivas casas y con sus hijos y únicamente los visitaban de vez en cuando, o en ocasiones especiales.

Su esposa le ofreció de cenar pero él le dijo que no tenia hambre, que se sentía cansado y mejor se fue a dormir temprano, su esposa se quedo un rato mas en la cocina guardando los alimentos y limpiando la cocina como hacia todos los días antes de irse a dormir después de darle de cenar, ella no le dio mucha importancia al hecho de que él no quiso cenar, porque en otras ocasiones sus amigos lo invitaban a cenar y pensó que por eso no tenia hambre.

La esposa de don Polo se quedo dormida en cuanto se acostó, ella si estaba cansada y por eso ni siquiera le pregunto como le había ido en el trabajo, pero a media noche se despertó por los movimientos que él hacia de un lado a otro de la cama,  le pregunto que si estaba enfermo, pero el contesto que no.

Por dentro lo agobiaba la culpa y la sensación de haber sido engañado, estuvo apunto de decirle a su esposa lo que le había sucedido en la cantina, quería contarle a alguien su terrible experiencia para desahogarse, pero se aguanto y le dijo a su esposa que se durmiera, -no me hagas caso mujer-

Él acostumbraba pasar a una cantina a tomarse unas cervezas cada vez que cobraba en su trabajo, era jardinero en un condominio y cada vez que recibía su pago pasaba a la misma cantina, ya lo conocían y el conocía a todas las meseras, pero un día que paso había una nueva mesera, era joven y muy agradable, ella lo atendió y don polo quedo complacido con el servicio que ella le brindo.

Cada vez que don Polo visitaba la cantina siempre pedía lo atendiera la misma mesera, y un día ya que eran buenos amigos y tenían confianza, él la invito a salir, ella no acepto, pero eso no lo desanimo siguió insistiendo cada vez que la veía, hasta que un día él le pidió lo dejara acompañar a donde tomaba su transporte y ella acepto.

El acompañar a la mesera lo hacia sentir muy bien, tenia la esperanza de que algún día aceptara salir con él a un lugar mas intimo, ya tenia sesenta años y salir con una mujer de menos de veinticinco años, para él era lo máximo, por eso cada ves que la visitaba la esperaba hasta que terminaba su turno para acompañarla.

Y esta vez ella le dijo que pasaría al centro comercial a comprar un paquete de pañales que necesitaba para su bebe, ya que la mesera era madre soltera y estaba criando una niña,  don Polo se ofreció acompañarla hasta el centro comercial, y con tal de quedar bien con ella, se ofreció a pagar los pañales que iba a comprar.

La mesera acepto el ofrecimiento inmediatamente, tomo un carrito y coloco dentro el paquete mas grande de pañales que vio, además le dijo que también compraría leche porque ya no tenia para darle de comer a su bebe, y tomo la lata de leche mas grande, a él ya no le quedo de otra que aguantarse, traía en su cartera nada mas quinientos pesos, y pensaba que no le iba a alcanzar para pagar las cosas.

Cuando llegaron a la caja para hacer el pago, el total fue de cuatrocientos cincuenta pesos, y como no traía cambio saco su único billete, el de a quinientos pesos, ella se lo arrebato de la mano y pago con él, y en vez de darle el cambio le dijo, - estos cincuenta pesos van a ser para pagar el taxi mi amor- a él no le quedo de otra, y con una voz casi inaudible le dijo que sí, se sintió asaltado por una jovencita.

Al no tener mas dinero en su bolsillo se tuvo que ir caminando hasta su casa, lo bueno es que no vivía tan lejos, y en una hora ya estaba allí. Se sentía engañado y utilizado, no podía creer que una jovencita lo había embaucado a él que ya era un señor con muchos años de experiencia, había creído que ella le sonreía porque en verdad sentía algo por él, pero ahora se daba cuenta que ella únicamente fingía para poder aprovecharse de su ingenuidad.

Eso era lo que no lo dejaba dormir y le había quitado el hambre, sentía rabia y pena por si mismo, apunto estuvo de decirle a su esposa,- vieja una mujer me engaño y me asalto- pero se aguanto, no pudo dormir en toda la noche, y al otro día se levanto temprano para ir al trabajo caminando, no quiso que su esposa se diera cuenta de lo sucedido, y por eso pidió dinero prestado con los compañeros del trabajo para darle el gasto a ella y él pudiera ir al trabajo todos los días.

A don Polo se le quitaron las ganas de conquistar mujeres, sobre todo en una cantina, se dio cuenta que la que tenía en su casa, era mas que suficiente, y sobre todo era una mujer probada de que en verdad lo quería, porque en las buenas y en las malas siempre estaba con él, y después de tantos años ya no le quedaban dudas de eso, después de esa aventura, decidió que lo mejor era que cuando quisiera tomarse una cerveza mejor las compraría para llevar y tomárselas en casa en compañía de su esposa.

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